VÍCTOR ESPINAL
Hato Mayor.- La cultura de violar las
leyes alegremente, al parecer es la única vigente en esta ciudad, de acuerdo a
lo que se puede observar en el cotidiano vivir.
Existe una ley, la 136-03, que prohíbe
la venta de bebidas alcohólicas y cigarrillos a menores de edad, con la
penalización de los negocios que incurran en su violación, sin hablar de las
bancas de apuestas.
La referida ley en Hato Mayor del Rey
es simple letra muerta, ya que los propietarios de colmados, colmadones,
cafeterías y discotecas se las expenden a los adolescentes sin ponerles ningunas
trabas.
No es extraño, en horas de las noches,
ver a menores con cervezas o botellas de ron paseando por los parques de esta
ciudad ante la vista de todo el mundo, menos de las autoridades que componen el
Ministerio Publico, las cuales, al parecer, están ciegas ante una situación que
está llevando a la juventud de esta
localidad de manera irreversible hacia el vicio y la delincuencia.
La situación ha causado tal
preocupación que diferentes iglesias locales han hecho cadenas de oración con la
finalidad de que Dios se apiade de la desprotegida niñez hatomayorense.
Muchos son los que opinan que el
procurador fiscal, Henry Estévez, no está cumpliendo con su rol de ser guardián
para el buen funcionamiento de la sociedad, a través de cumplir y hacer cumplir
la ley, y lo acusan de ser permisivo ante una situación que poco a poco se va
convirtiendo en un cáncer social.
Recuerdan con nostalgia los tiempos en
que el Pocurador Fiscal lo era el doctor, Manuel Emilio Santana Montero, el
cual sabía muy bien cuál era su deber como guardián de la sociedad.
Dicen que Papito Mano de Hierro, como
se le conoce en Hato Mayor por su firmeza en hacer cumplir la ley “caiga quien
caiga”, no permitía esta situación, y que si se presentaba de manera inmediata
sus padres tenían que responder.
Varios sectores de la ciudad están
formulando un llamado al Procurador General de la Republica, Jean Alain Rodríguez,
para que llame a capitulo a su Fiscal titular en Hato Mayor, y le explique cuál
es su rol como representante de la sociedad, o que de lo contrario lo envié a
otro departamento judicial y le regrese a esta ciudad a su fiscal verdadero, el
cual amplios sectores de la sociedad consideran que es Manuel Emilio Santana
Montero.
Aseguran que los menores de edad son
muchas veces usados por los adultos para hacer jugadas en bancas de apuestas o
en las prohibidas máquinas traga-monedas, pero que esto al fiscal Estévez le
importa poco o nada.
Acusaron al Ministerio Público, en la
persona de su titular, de ser el principal responsable del crecimiento de la
delincuencia en la provincia por permitir que la ley sea violada a diestra y
siniestra.
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