miércoles, 2 de mayo de 2018

Hato Mayor del Rey del siglo XV al XXI


MANUEL ANTONIO VEGA
ODLIS VEGA, ALCALDE MUNICIPAL
HATO MAYOR.- Esta ciudad está experimentando cambios importantes en el aspecto urbano, que la van colocando en un lugar de preferencia con relación a otras de la región Este.
En esos cambios urbanos, hay que establecer los aportes que ha venido dando el cabildo que orienta el alcalde, Odalis Vega, quien desde el mismo instante que se instaló en la alcaldía, ha venido dando pasos concretos para poner a Hato Mayor del Rey  a la altura de otras ciudades, embelleciendo las entradas, construyendo y remozando estructuras que nunca fueron tocadas ni con pinturas.
Casi la tercera parte de la población urbana de Hato Mayor del Rey, vive en la parte norte de la ciudad, donde hay que destacar que atractivos proyectos inmobiliarios de iniciativas privadas han venido a embellecer las periferias de la ciudad, y donde el cabildo ha iniciado la construcción de aceras y contenes, para dar una mayor  vistosidad y elegancias a las inversiones y cambiar el aspecto urbano de la zona.
¿Está este crecimiento regulado, pensado y normado por un proyecto de planificación integral?
No, Es la respuesta acertada.
Sin embargo, ocuparse en ese sentido, implica un proceso en el que deben estar involucrados gobierno central, poder local y sociedad civil, pensando cómo quieren ver está ciudad dentro de 20 a 50 años.
El remozamiento del Palacio Municipal, que a partir de este miércoles 3 de mayo será convertido en museo temático, es una iniciativa que forma  parte de esa nueva visión de gobernar y dirigir un cabildo.
Significativos, llamativos y con valor históricos se ha confeccionado y bien estructurados murales, que van describiendo y evocando los tiempos de la colonia Española, cuyos terrenos donde hoy se erige la ciudad de Hato Mayor del Rey, pertenecieron al Rey Carlos V.
Visitar a partir de hoy el Museo Municipal del cabildo local, es extrapolarse a una época de ensueño, que llenó de esplendor la vida dominicana con sus artes y construcciones victorianas.
La rotonda,  construida en la actual gestión, es un monumento que nos habla de la idiosincrasia productiva de la ciudad, como es la producción de cítrico y la ganadería, que a pesar de sus bajas en la producción, sigue dando la categoría de la provincia más productoras del país de naranja, para el consumo local y la exportación.
Ya el monumento en la rotonda con llamativos diseños en lozas y pinturas, donde se aprecian reses y las naranjas, son centros para celfies, donde la juventud va a capturarse fotos, que luego llevan a las redes sociales.
De hecho, estas acciones importantes ya están dando otra notación a la ciudad, que está experimentando un crecimiento demográfico sin parangón en el siglo XXI.
El plan Maestro del cabildo, de construir aceras y contenes en la zona norte, concebido con el fin de solucionar de manera definitiva el problema del tránsito, es sin quizá, uno de los proyectos más ambicioso que ha iniciado el gobierno local, lo que cambiará la forma de vida de miles de ciudadanos, que anhelaban tener por donde caminar.
Una vez construida aceras y contenes, queda al gobierno central aplicar la magia del asfalto en los sectores más empobrecidos de la ciudad, que están ubicados en la parte norte y donde está el mayor caudal de votos, que tanto buscan los políticos en los procesos electorales.
Hato Mayor está cambiando
No es un cuento político o chisme de barrio, esta ciudad está cambiando para bien de su gente, que tanto esperaba y demandaba que alguna autoridad municipal le diera la importancia esperada.
La creación de una escuela técnico-vocacional, es otro despertar de Hato Mayor.
Era una obra ofrecida como tema de campaña por muchos políticos del arcoíris de partidos que accionan en la provincia, pero que solo Odalis Vega, tuvo la visión y la certeza para poner en ejecución.
Hoy la escuela está contribuyendo de manera sostenida y con proyección de aplicar nuevas carreras técnicas, para beneficiar, como hasta ahora, a los hijos de Hato Mayor del Rey.
Ya son cientos los jóvenes, hembras y varones que adquirieron conocimientos, muchos de ellos ya laborando en hoteles, en carreras técnicas como batender, tapicería, idioma, costura, electricidad, plomería, entre otras.
También el cementerio Cristo de los Milagros, es lugar de descanso de nuestros fieles difuntos, pero a la vez un atractivo y referente visual en la región Este, donde se colocaron murales con pinturas alegóricas al nacimiento de Cristo Jesús.
Plaza Marcelino Vega
La plaza Marcelino Vega, que se construirá justamente al lado de la parada del Sindicato de Choferes Hato Mayor-Vicentillo (SITRAHAM-VI), sellará y traerá belleza a esta ciudad de manera tal, que cuando personas que tienen más de 10 años visiten su pueblo natal, quedará atónito, asombrado y boquiabierto.
Con este proyecto se recuperará un área verde, que hoy luce en abandono.

LEYENDAS PINTURAS
En el cabildo, a propósito de ser convertido en museo temático, donde ya visitan estudiantes de liceos y escuelas, se han colocados murales, que por su belleza y simbolismo, son referentes históricos de la ciudad.
Es así como en una de las paredes se puede apreciar una pintura, que representa la Sociedad Secreta la Trinitaria.
Recordamos que la a Trinitaria fue una sociedad secreta creada el lunes 16 de julio de 1838, a las 11 de la mañana, en la ciudad de Santo Domingo, calle del Arquillo —que luego se llamó Santo Tomás y actualmente calle Arzobispo Nouel, número 155. Era ésta la modesta casa de Doña Josefa Pérez de La Paz (Chepita) y su hijo el trinitario Juan Isidro Pérez.
Estaba ubicada frente a la iglesia del Carmen, y se eligió ese día y hora porque habría una concurrida procesión, y Juan Pablo Duarte consideró que eso sería más conveniente para guardar el secreto que hacer la reunión en un lugar apartado o en horas de la madrugada.
Constituyó el baluarte de la independencia de la República Dominicana, integrando entre sus filas a los Padres de la Patria. Se denominó con este nombre por las convicciones católicas de sus componentes y porque cada uno debía reclutar a dos miembros más, conformando un trío.
Los nueve miembros fundadores eran:
       Juan Pablo Duarte
       Juan Isidro Pérez
       Pedro Alejandro Pina
       Félix María Ruiz
       José María Serra de Castro
       Felipe Alfau              Juan Nepomuceno Ravelo
       Benito González
       Jacinto de la Concha

Posteriormente, mediante un comunicado, se unieron al grupo Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella
Otro de los murales que engalanan el cabildo es el Lienzo de la Bandera Nacional.
La bandera de la República Dominicana es el pabellón que representa al país y que, junto con el Escudo y el Himno, tiene la categoría de símbolo patrio. Es la única bandera en el mundo que tiene una Biblia abierta.
Confeccionada por Concepción Bona y María Trinidad Sánchez, la Bandera Nacional se compone de los colores azul ultramar y rojo bermellón, en cuarteles alternados, colocados de tal modo que el azul quede hacia la parte superior del asta, separados por una cruz blanca del ancho de la mitad de la altura de un cuartel y que lleve en el centro el Escudo Nacional.
Colores y simbolismo
A los colores de la bandera se le atribuyen representar los siguientes conceptos:
Bermellón: Representa la sangre derramada por los patriotas en las batallas para conseguir la independencia de la Nación.
Azul ultramar: Representa el cielo que cubre la Patria, que Dios protege la nación dominicana y los ideales de progreso de los dominicanos.
Blanco: Representa la paz y unión entre todos los dominicanos.
Tiene una cinta azul arriba del escudo que dice Dios, Patria y Libertad y una abajo de color roja que dice la República Dominicana
También se recoge una imagen de Pedro Guillermo Guerrero, primer hatomayorense en ser  presidente del país.
Coronel Ejercito Nacional, nació en Hato Mayor del Rey, 29 de junio de 1814 – Murió en Santa Cruz de El Seibo, 18 de febrero de 1867
Fue un militar, comerciante y político dominicano, gobernó de manera provisional la República Dominicana.
El 20 de noviembre de 1843, casó con Rosalía Bastardo, cuyo matrimonio tuvo tres hijos, dos hembras que murieron, llamada Trifonia y otra sin nombre por ser abortada, y un varón llamado Cesáreo Guillermo Bastardo, quien luego fue Presidente de la República.
Participó en la Independencia Nacional, participando además en la Batalla de Azua, Batalla de La Estrelleta, Batalla de El Número y en la Batalla de Las Carreras. Al producirse la Anexión a España en el año 1861, Guillermo se declaró en contra de ésta y organizó el primer levantamiento en Hato Mayor del Rey el 2 de octubre de 1863.
Tomó posesión de la presidencia de la República de forma provisional 15 de noviembre de 1865, hasta la llegada de Buenaventura Báez el 8 de diciembre de 1865.
Su hijo Cesario Guillermo Bastardo, general del Ejercito Nacional, nació en La Rodada, Hato Mayor del Rey, 8 de marzo de 1847 – Murió en Azua de Compostela, 8 de noviembre de 1885.
Se inició en la vida militar en 1863, a los 16 años de edad. Ocupó posiciones como Diputado en el Congreso Nacional y Ministro de Interior y Policía. Fue Comandante de Armas en Higüey. Estuvo en el Cibao, donde fue ascendido a General.
Doctor en leyes. Fue Presidente de la República Dominicana en 1878 como Presidente del Gobierno Provisional y 1879 como Presidente constitucional.
Fue junto a Ulises Heureaux, jefes Superiores de Operaciones del Movimiento Unánime Popular desde el 2 de septiembre de 1878 hasta 6 de septiembre de 1878. El 30 de septiembre de 1878 tuvo el cargo de encargado provisionalmente del Poder Ejecutivo en el Consejo de Secretarios de Estado, durando esto hasta el 27 de febrero de 1879, cuando gano la presidencia producto de elecciones libres, siendo derrocado el 6 de diciembre del mismo año.
Murió trágicamente el 8 de noviembre de 1885 en la provincia de Azua de Compostela, donde se refugió para evadir la persecución de sus adversarios políticos, especialmente Ulises Heureaux, y al ser sorprendido por las tropas del gobierno, prefirió suicidarse antes que entregarse, y fue sepultado en el mismo lugar donde cayó su cuerpo. El gobernador de ese entonces, Eugenio Generoso de Marchena, dispuso que se desenterrara el cadáver y que fuera sepultado en el Cementerio Municipal de Azua. En esa ciudad permaneció hasta el año 1985 cuando por gestiones de varios munícipes de Hato Mayor, sus restos fueron trasladados a su ciudad natal.
Don Francisco Dávila, fundador de Hato Mayor del Rey tiene su espacio en los murales municipales.
Nació en Santo Domingo de Silos, España 1488 - Santo Domingo, República Dominicana 22 de diciembre de 1554.
Francisco arribó en la isla de Santo Domingo en el año 1509. Dávila contaba con unos 22 años de edad.
 
Casó con Beatriz del Arroyo. Fueron sus hijos: Pedro, en quien instituyó Carlos V el Mayorazgo, falleciendo antes de instituirse; Aldonza, de igual nombre que su tía paterna; y Francisca Dávila, casada con Juan de Monroy.
Llegó a tener los cargos de Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo en 1538, Tesorero Real en 1547 por varios años, y por ende el poseedor de una de las tres llaves necesarias para abrir la Caja Real; las dos restantes estaban en manos del Gobernador y del Factor de la Isla. Fue además Regidor Perpetuo y Capitán de la muy noble y leal ciudad de Santo Domingo, de la isla Española, de las Indias del Mar Océano.
Fundó el 20 de octubre de 1520 Hato Mayor del Rey como una porción de tierra que se dedicaba a la ganadería y la agricultura. El 23 de agosto de 1554 funda el Mayorazgo de Dávila en la ciudad de Santo Domingo, en la persona de su sobrino Gaspar Dávila.
Murió en la ciudad de Santo Domingo el 22 de diciembre de 1554, siendo sepultado en la Capilla de los Remedios.
Hato Mayor ha tenido en su devenir histórico dos escudo heráldico, que la identifican como una ciudad productiva, religiosa y de lucha.
Es así como se diseñó el primer escudo heráldico, que de acuerdo a la tradición, era el escudo de armas de la casa de Dávila, fundadores de la villa ganadera de Hato Mayor del Rey, hacia el año 1520, fecha en que se instituye el Mayorazgo de Los Dávila.
Su definición es un Escudo en cuatro cuarteles: en cuadro superior de la derecha: diez reales de plata en campo de oro, en el inferior de la derecha: banda blanca engalanada en campo de plata orlado con una cadena; en los cuadros superior e inferior de la izquierda: un castillo en campo de sable”.
El escudo actual “amarillo”, como es denominado por su desnaturalizada configuración,  fue develizado el 24 de abril de 1991, durante un acto celebrado en este Ayuntamiento Municipal y fue bendecido por el cura párroco René Désilets.
Fue aprobado por la Sala Capitular de entonces mediante la resolución 2-1991, que en su artículo primero establece: “Queda aprobado con carácter definitivo y permanente el escudo heráldico municipal”.
Fue diseñado, discutido por un equipo de profesionales e intelectuales, encabezado por el fallecido obispo de la Diócesis de la Altagracia, Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, el asesinado historiador e investigador de la historia del Este, Manuel Antonio Sosa Jiménez (Boby); el padre René Désilets, el fallecido historiador y escritor César Cáceres Castillo, Leontes Morales, Abel Sosa Beltré y el síndico de la época, el historiador Manuel del Rosario.
Su definición es un Escudo en cuatro cuarteles:
El primero con el fondo rojo y con una lanza montera y un sable, el rojo representa la sangre derramada por los patriotas en batallas heroicas, como Limonada, Palo Hincado, Restauración y  otras.
El segundo cuartel configura una imagen de la Virgen de Las  Mercedes, patrona de Hato Mayor, con un fondo amarillo claro, que simboliza auxilio y malestares del municipio.
El tercer cuartel presenta una res criolla traída por los colonizadores que convirtieron esta zona del país en lugar de pastoreo o hato en 1520, que pasó a ser aldea en 1720-1729.
El cuarto y último cuartel presenta un árbol de naranja y una rueda industrial, que perfila a esta ciudad como gran productor de cítricos para la exportación y la industrialización, y el fondo azul tenue que simboliza la participación de Hato Mayor en el concurso nacional de la Independencia Nacional y todas las luchas.
El fondo del escudo es el amarillo, que simboliza alegría, mientras que el cintillo verde colocado en el extremo superior habla de la vitalidad y potencial agrícola y pecuario del municipio. Mientras que el cintillo inferior  del color amarillo habla de la paz nacional y los ideales frente a los agresores de nuestra nacionalidad.
Las luchas revolucionarias que se libraron en el país, llegaron a tener encuentro en Hato Mayor
Esta imagen, encabezada por el General Gregorio Luperón, Padre de la Segunda República. Representa la sangre derramada por los patriotas hatomayorenses en batallas heroicas como: Batalla de Azua (1844), La Estrelleta (1845), el Número (1849), Las Carreras (1849), Santomé (1855), San Miguel, San Nicolás (1864), Sabana Burro (1864), Mata Palacio (1864), La Plaza (1864), Manchado (1864), Limonada, Palo Hincado (1808), Invasión Norteamericana (1916), Abril de 1965, entre otras. Siendo las más importantes la Independencia Nacional y la Restauración de la Republica.
Loor a los héroes hatomayorenses.-
Los primeros pobladores de Hato Mayor del Rey fueron negros esclavos traídos del continente africano por Francisco Dávila.
De los primeros repartos de indios, don Francisco Dávila aparece como beneficiario de "naborías", los cuales, aunque se decía que no lo eran, en si recibían un trato esclavista en las relaciones de producción y servicio.
En 1540 informa al Rey Carlos V poseer: "Dos cientos e cinquenta negros machos y hembras que hoy día tengo e poseo, así en las dichas haciendas, como en casa, todos errados de mi nombre en la cara, con todo el multiplico que multiplicare de aquí adelante".
Los murales también representan en principio por instrucciones de Francisco Dávila, los negros esclavos fueron dedicados a diversas tareas, entre ellas el corte de la caña de azúcar para ser exportada hacia España, luego Dávila distribuyo una porción de tierra que se dedicaba a la ganadería y la agricultura.
Los más antiguos pobladores del territorio de Hato Mayor del Rey, y de la isla, pertenecían al grupo denominado en la actualidad como Arcaico (o Precerámico por la ausencia de alfarería).6 Eran grupos cazadores-recolectores que habitaban preferentemente en las costas donde abundaba el mangle. En Hato Mayor, la zona habitada por este grupo fue la costa de Los Haitíses, en la Bahía de Samaná.
Posteriormente, la región fue ocupada por otros grupos indígenas arahuacos. En la zona del Parque nacional Los Haitises, se ha encontrado restos de las culturas aborígenes de la isla. También en Capote, sección Don López, próximo a la ciudad de Hato Mayor del Rey. En la cueva Fun-fun abundan petroglifos.
A la llegada de los españoles, el territorio de Hato Mayor era parte integrante del cacicazgo de Higüey, gobernado por el cacique Cayacoa.
Rey Carlos V y parte de su familia. En el centro su primogénito, heredero al trono Felipe II de España, llamado «el Prudente».
De su matrimonio con Isabel de Portugal tuvo 5 hijos, aunque sólo sobrevivieron tres, a lo que hay que añadir dos abortos, el último de los cuales le costó la vida. Adicional a estos hijos el Rey Carlos V tuvo 5 hijos de manera extramatrimonial.
Fue gobernador y administrador colonial de La Española desde 1502 hasta 1509.
El 13 de febrero de 1502 partió de España con 32 embarcaciones, siendo la flota de embarcaciones más grande con destino hacia el continente americano. Se embarcaron en total unos 1.500 colonizadores, y a diferencia de Cristóbal Colón, este grupo de colonizadores fue elegido al azar para representar a la sociedad española en el Nuevo Mundo. Fue la primera gran armada colonizadora, financiada fundamentalmente con capital privado, aunque también la Corona participó, sobre todo en tareas organizativas.
El plan de Ovando, trazado por los Reyes Católicos, era desarrollar tanto la economía básica de La Española como establecer las estructuras políticas, sociales, religiosas y administrativas de la colonia.
Al llegar a La Española en 1502 el nuevo gobernador Nicolás de Ovando repartió los terrenos al Rey Carlos V de España y Alemania.
Los territorios de Hato Mayor fueron divididos en nueves hatos separados por ríos, montañas y bosques, y estuvieron destinados a la crianza de ganado vacuno, caballar y lanar. Estos hatos eran; Hato Alonsillo, Hato del Rodeo, Hato de Pringamosa, Hato de Anguilla, Hato de Azuí, Hato de los Jíbaros, Hato del Fiofío, Juan Jiménez y Hato Mayor del Rey, el más grande de todo.
En los murales está además la excelsa María de las Mercedes de la Rocha Landeche de Fernández y Coca.
Nacio en 1822 y murió en 1904.
Fundó Hato Mayor del Rey, dando forma urbana, donando sus terrenos a personas sin tierra, cuyo acto de donación se realizó el siglo XIX, precisamente en el año 1888. Habia heredado los terrenos del Mayorazgo de Dávila, compañía por acciones, fundada por el regidor de Santo Domingo, Francisco Dávila.
"Júbilo, algarabía y la euforia asaltaron los corazones de los pocos habitantes que tenía El Ejido, cuando se supo de la intención de Mercedes de la Rocha de donar los terrenos para expandir el pueblo y beneficiar a familias pobres de la comarca".
Los terrenos donados eran mil 702.89 tareas. La propuesta llegó al municipio por vía de Don Juan Romero Sierra, quien era compadre y delegado de la donante, que formalizó el acto el 13 de julio de 1887
"La donación incluyó que los solares que ya estaban ocupados se dejaran a quienes los usufructuaban, para no ser perjudicados en nada. La donación comenzó con pasos rigurosos y la gente celebró en calles y enramadas la noticia de que quienes ocupaban terrenos, seguirían poseyéndolo".
"La caballería de terrenos donado comprendía de la cañada que bordea los barrios Villa Canto, Las Guamas y Media Chiva hasta llegar al río Maguá al oeste del Hato Mayor del Rey.
"Domingo Marcelo, fue el agrimensor que tuvo a cargo la medición de los terrenos cedido en donación, quien fue traído desde Santo Domingo, para tan digna tarea. Marcelo no cobró un peso por la medición. Mariano Montolío y Ríos fue el notario utilizado para producir el acto legal de donación, hecho registrado el 14 de diciembre de 1888. Montolío era nativo de Hato Mayor del Rey.
En el acto notarial se indica que los donantes fueron María Mercedes de la Rocha y Coca de Fernández, su esposo Esteban Fernández y González, quien autorizó a su esposa a donar la tierra. Como testigos estuvieron Don Manuel Mañón y Don Antonio Lluberes. El acto de notarial fue registrado el 17 de diciembre de 1888 en Santo Domingo, en el registro civil Ñ folio 157, acto No. 147, y se pagó por el registro un peso con 26 centavos.
Carlos V y su esposa Isabel de Portugal. Contrajeron matrimonio el 11 de marzo de 1526 en los Reales Alcázares de Sevilla con su prima Isabel de Portugal, nieta de los Reyes Católicos y hermana de Juan III de Portugal. Procrearon 5 hijos.
Isabel fue la única esposa de Carlos V, y por tanto emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y reina de España. Actuó como gobernadora de los reinos españoles durante los viajes por Europa de su marido.
El acontecimiento histórico de 1492, con la llegada a América de una expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando de Castilla, la cual había partido del Puerto de Palos dos meses y nueve días antes y que, tras cruzar el océano Atlántico, llegó a una isla del continente americano, Guanahani, a lo que creía que era la India.
Este acontecimiento constituye uno de los momentos fundamentales de la historia universal y representa el encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente desde el origen de la humanidad, lo cual cambió el rumbo de la historia.
El escudo de armas del emperador Carlos I de España y V de Alemania según la descripción: Las armas de Carlos I añaden a las de Castilla, León, Aragón, Dos Sicilias y Granada, presentes en el escudo anterior, las de Austria (de gules y una faja de plata), Borgoña antiguo (bandado de oro y de azur con bordura de gules) Borgoña moderno (de azur, sembrado de flores de lis de oro y bordura camponada, cantonada de plata y gules), Brabante (de sable y un león de oro, coronado de lo mismo, lenguado y armado de gules), Flandes (de oro y un león de sable, lenguado y armado de gules) y Tirol (partido de plata y un águila de gules, coronada, picada y membrada de oro, cargado el pecho de un creciente trebolado de lo mismo).
Carlos I incorpora también las columnas de Hércules con la leyenda “Plus Ultra”, en representación del Imperio ultramarino, y rodea el escudo con el collar del Toisón de Oro, como soberano de dicha Orden.
Al ser coronado Emperador en 1519, timbra el escudo con la corona imperial y acola el águila bicéfala del Sacro Imperio Romano-Germánico. A partir de 1520 añade al cuartel correspondiente a Aragón y Sicilia, otro en el que se incorporan las armas de Jerusalén, Nápoles y Navarra.
Carlos V está sentado en un sillón. Obsesionado por la muerte, el temor a Dios y la angustia religiosa, vivió los dos últimos años de su vida en el retiro monástico. El lugar de reposo elegido fue el austero monasterio de Yuste, en la provincia española de Cáceres, situado en un abierto valle y rodeado de hermosos robledales y grandes castaños. Ingresó allí el 3 de febrero de 1557, pero siguió manteniendo una intensa comunicación con Felipe II, que a menudo requería sus consejos, y no dejó nunca de interesarse por los asuntos públicos.
 Viejo, cansado, sus piernas están hinchadas por la gota. Vuelve a vestir como un elegante civil, pero ha dejado la alegre vestimenta de cortesano. Vestido de negro, con alzacuellos, abrigo y guantes, protegiéndose del frío del monasterio, como se protege del frío emocional que le provocan las múltiples cargas imperiales. Alineada con su pierna izquierda, vemos una especie de vara que dista mucho de ser una espada; es un bastón que le ayuda a mover su cansado cuerpo.
Su retiro en Yuste propició visitas de muchos personajes de la corte, en busca de consejos e influencias.
Reciclaje no podía quedarse como imagen ilustrativa en el museo municipal, es por ello que múltiples retratos fueron colocados, para explicar y orientar a los ciudadanos sobre la necesidad de reciclar la basura en una sociedad moderna.
El 25 de octubre de 1555, en un emotivo discurso ante la asamblea de los Estados Generales reunida en Bruselas, Carlos abdicó en favor de Felipe (que reinaría como Felipe II) la soberanía de los Países Bajos.
Tres meses más tarde le cedió también las coronas de Castilla y León, Aragón y Cataluña, Navarra y las Indias. Lo mismo hizo con el reino de Nápoles, el de Cerdeña, la corona de Sicilia y el ducado de Milán.
En el mes de septiembre de 1556 cedió el imperio a su hermano Fernando I, y dejando a Felipe en Bruselas, se embarcó hacia España. Había comprendido que el título imperial carecía de valor sin el sustento de las armas, y por ello no había dudado en repartir sus dominios entre las que consideró las cabezas más importantes de su dinastía: su hermano Fernando y su hijo Felipe.
PARQUE MERCEDES DE LA ROCHA
El nuevo parque “Mercedes de la Rocha;”, que lleva el nombre de la donante de los terrenos donde hoy se encuentra erigido el pueblo de Hato Mayor del Rey, es sin quizás una obra de un valor cultural invaluable y que revela la idiosincrasia de los nativos de esta tierra de cítrico y ganado.
Es una obra que detalla en su arquitectura cuantas cosas hermosas hacen de este pueblo un valle de esperanza, donde se conjuga la vida religiosa con la producción; el deporte con la belleza ecológica.
El diseñador, arquitecto Omar Ramírez, asentó en la obra la idiosincrasia de los hatomayorenses, sin obviar ningún detalle.
Se inició a construir a principios del año 2008 y su apertura al público el 15 de diciembre del año 2011.
24-    CARLOS V Y SU HIJO FELIPE II
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, llamado «el César» (Gante, 24 de febrero de 1500 - Cuacos de Yuste, 21 de septiembre de 1558), reinó junto con su madre —esta última de forma solamente nominal y hasta 1555— en todos los reinos y territorios hispánicos con el nombre de Carlos I desde 1516a hasta 1556, reuniendo así por primera vez en una misma persona las Coronas de Castilla —el Reino de Navarra inclusive— y Aragón. Asimismo, fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V de 1520 a 1558.
Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves —como Felipe I— desde 1580, realizando la tan ansiada unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.
Hijo y heredero de Carlos I de España e Isabel de Portugal, hermano de María de Austria y Juana de Austria, nieto por vía paterna de Juana I de Castilla y Felipe I de Castilla y de Manuel I de Portugal y María de Aragón por vía materna; murió el 13 de septiembre de 1598 a los 71 años de edad, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, para lo cual fue llevado desde Madrid en una silla-tumbona fabricada para tal fin. 
 DUEÑOS DEL HATO MAYOR DEL REY (1520 – 1904).
En casi cuatro siglos el  Hato Mayor del  Rey tuvo unos 19 dueños, poseedores o herederos:
1. – Carlos V. para la tradición, desde 1520, por documentos de 1522, este rey fue dueño de Hato Mayor. Nació en Gantes, año 1500, y murió en el monasterio de Yuste en 1558. era hijo de Felipe y Juana la Loca.
2. – Francisco Dávila. Fomentó haciendas y otros bienes; aventurero, natural de Aranda de Duero. Ávila, España. Falleció en Santo Domingo    el 22 de diciembre de 1554. Recibió por institución  el mayorazgo de Dávila, año 1541.
3. – Gaspar Dávila. Primer heredero del mayorazgo. Fundador de Hato Mayor como hacienda ganadera, año 1554. sobrino del anterior.
Desvirtuó la voluntad de su tío; pues manchó  el apellido: Acusado de asesinato y bigamia, estuvo los últimos años de su vida en la cárcel, donde finalizó  sus días. Enamorado de doña Leonor Verdugo, esposa del Oidor  licenciado Gaspar, la cortejaba y la visitaba; dícese que envenenó a su tocayo, casó con la viuda, olvidando su matrimonio en España con doña Isabel Atañes. Recibió por condena el ser exhibido y “sacado caballero en una bestia de albarda con una soga en la garganta y con voz de pregonero que publique su delito” por las calles de la capital; además a: Ser estampado en la frente con un hierro ardiente; a servir como esclavo de las galeras del rey; su destierro a Sevilla; cadena perpetua; y la pérdida  de todos los bienes de su mayorazgo. Murió en 1570.
4. – Juan  Daza. Por concilio de 1554, entra al Mayorazgo de Dávila, quedando nulo el testamento que mandaba a Francisco de España.
Desde el destierro de Gaspar, el 31 de enero de 1567, hasta su defunción en 1597 poseyó su heredad. No pudo ocupar el cargo de Regidor del Cabildo de Santo Domingo, nombrado el año de su partida.
Casó con doña Mariana Benavides, en 1560. Hubo de usar el apellido, antepuesto al de Daza, por requisitos del Mayorazgo.
De este Juan Daza descenderán todos los herederos del Mayorazgo de Dávila  hasta poseerlo doña Mercedes de la Rocha.
5. – Luis  Benavides. Hijo del antes citado; apenas poseyó por dos años su herencia, pues falleció en 1598. Se unió en matrimonio a doña Maria Colon de Toledo, biznieta del descubridor de América.
6. – Luis  Colon de Toledo. Primogénito de los anteriores; usufructuó el Mayorazgo con más suerte que su padre, ya que duró 32 años (1598-1630), para ser quien mayor tiempo lo explotó. Sus tres apellidos son relevantes en la colonia: Colón,  y Toledo, los que tienen instituidos Mayorazgo al igual que los Bastidas y los Garay.
Su progenitor permaneció trabajando durante cinco años “como pretensor al Ducado de Veragua, en nombre de su hijo”; éste ejerció de Alguacil Mayor de la Real Audiencia de la isla. Divorciado de doña Maria de Rojas y Guzmán, se unió a doña Francisca Sandoval porque aquella no le procreó hijo.
7. – Cristóbal Dávila. Vástago del No.6; poseyó la heredad durante unos 15 años (1630-1645), y no se conoce el por qué de haberla perdido. Casó con doña Isabel Sosa.
8. – Mariana Dávila Benavides. Es la primera mujer que hereda el Mayorazgo, por haber sido escogida al morir el No.6. A ella corresponde la gloria de desplazar a todos los hombres que heredaban aquellos bienes. Contrajo nupcias con don Rodrigo (Vi) De Bastidas en 1642, cuando tenía 23 años de edad.
9. – Ana María Dávila Bastidas. Al morir la anterior, en 1694, Ana María toma el Mayorazgo de  hasta 1715, lo abandona para entrar al Mayorazgo de Bastidas (segundo en importancia, después del Colón); y murió un año más tarde. Casó con don Antonio Landeche en 1698, personaje principal de su época que portaba el Pendón Real en los actos públicos.
Nuestros antepasados asignan a esta señora el motivo de llamarse Doña Ana a la cueva y el paraje; porque prefirió  estos sitios al hato de La Pringamosa como estancia solariega.
10.    – Francisco Antonio Dávila Landeche. Primogénito de la No. 9; al morir su madre la hereda en 1716; en 1720 pierde a su padre. A los 18 años toma posesión del Mayorazgo, debiendo tener los 25 cumplidos. A los cinco años de usufructo, le sorprende la muerte.
11.    – Josefa Dávila Landeche. En 1721 adquiere el Mayorazgo dejado por su hermano. Se matrimonia con Don Antonio Coca Landeche Vevers, primero de los Coca en la historia Hatomayorense.
Ningún documento se ha detectado (aún en 1988), que avale la creencia tradicional de que don Antonio Coca Landeche fuera hijo de Juan Bruno Coca, cuya esposa era Josefa Landeche; ésta si era desposada con don Antonio Coca Landeche Vevers, según consta en los archivos de la Catedral Primada, lo cual descarta al primero como el adquiriente de “626 mil tareas castellanas” en Hato Mayor del Rey.
Si es cierto el que “Juan Bruno Coca Landeche, regidor perpetuo de Cádiz, y Maria Petronila Landeche Vevers, fueron el tronco de los Coca de Santo Domingo. No estuvieron en la isla”31.
Los Cocas Landeche entran en posesión del Mayorazgo, y por lo tanto de Hato Mayor, por la unión matrimonial de un Coca Landeche con una; ésta extingue su apellido por descendencia legal.
“El Hato Mayor del Mayorazgo pasó por herencia a los Coca Landeche en la persona de Don Antonio de Coca Landeche, nacido en Santo. Domingo. En 1721, y casado en 1746”32. Desde esos años, los Coca Landeche absorben o desusan el apellido  que deja de ser principal, dejándolo apenas en las documentaciones y trámites del Mayorazgo heredado.
12– Antonio  Coca Landeche. Casado con doña Juana de Bastidas, la que le trajo al mundo a dos potenciales herederos: Antonio y Damián.
En 1740 litigó contra don Félix Francisco. Garay, dueño del Mayorazgo de Garay.
Entre sus grandes méritos está el haber fundado la aldea San José de Hato Mayor con inmigrantes canarios del sector capitaleño de San Carlos, según la tradición en 1729. Diligenció por 10 años una copia de la “Real Licencia de Talavera” que instituyó el Mayorazgo y en 1756 la consiguió en Madrid.
Extensión del Hato de Coca.
“Hablando de una región que se hallaba a unas diez leguas a la derecha de Monte Plata, Soulastre dice: “En el fondo de este valle, cuarenta lenguas del País pertenecen a un solo propietario, Don Coca, de Santo Domingo” 33.
12.    – Damián  Coca. Supresión del Mayorazgo
Damián entra al Mayorazgo en 1789, y durante su tenencia llega el Tratado de Basilea, según el cual España cede todas sus pertenencias de Santo Domingo a Francia. Muchos colonos españoles huyen del país.
13.    – Antonio Maria Coca. En 1800 recibe los bienes del extinguido Mayorazgo, que para criterio de algunos tratadistas es con la presencia haitiana de 1822 cuando en verdad sucede la supresión.
Casó con doña Josefa Figueroa Torre de Navarra, la madre de doña Maria Manuela Coca (+1886), natural de Jerez, “mujer de Domingo de La Rocha Angulo”.  Este llega al Mayorazgo con Antonio Maria Coca.
14.    – Felipe Fernández De Castro.
Considerándose “súbdito español”, don Felipe Fernández de Castro es desterrado a Puerto Rico desde el 11 de mayo de 1822.
“Poco después representó que poseía en Santo Domingo el Mayor Mayorazgo que en la isla había, llamado De Dávila (…)”34. El ostracismo de los Coca lo forzó a vender parte de sus bienes a Fernández de Castro; quizá por sumas bajas, pues el país era todo de Haití.
Pleito entre los Fernández de Castro y los Coca. En 1801 don Damián Dávila Coca emigra a Puerto Rico, en 1804 Ferrand emite un decreto secuestrando “Todas las propiedades de los habitantes de la parte antes Española, que se han embarcado sin pasaporte (ante o después del bloqueo de la ciudad)”; en 1822 el gobierno haitiano “decretó el secuestro de los bienes inmuebles pertenecientes a los que emigraron siguiendo la bandera de España”, entre esto don Felipe Fernández de Castro. Entre 1822 y 1826 los Fernández y los Coca pleitearon, pero sin llegar a los tribunales; y es en 1826 cuando pactan ante un notario de la capital el reparto de los bienes. El Hato Mayor tocó a los Coca; pero demás bienes del extinguido Mayorazgo correspondieron a los Fernández de Castro.
15.    – Domingo de la Rocha. Nació en Santo Domingo (6- VIII-1797): padres: Rodrigo de la Rocha y Petronila Angulo, legítimamente. Casó con su prima, según Utrera (Pág. 479), Maria Manuela Coca Landeche y Figueroa, año 1820, con quien procreó a su unigénita Mercedes De La Rocha (182-1904), donante del pueblo de Hato Mayor. Entra al Mayorazgo en 1820, por matrimonio con la hija del No.14.
Domingo de la Rocha: “Uno de los dominicanos más prominentes de la época de la Independencia (…) 35. Presidente Provisional en 1849. Ocupó muchos cargos de relevancia. Filántropo, que nunca negó alimentación al pueblo que iba a La Pringamosa; entregaba ganado a la media a los inmigrantes y conocidos, también tierras.

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