MANUEL ANTONIO VEGA
EL SEIBO. Con un nombre muy singular, pero a la vez acogedor, entre las rocas y madrigueras de la Sierra de El Seibo, se presenta imponente el salto “La Copa”, una copiosa cascada de agua por explorar en la zona Este.
También conocida como “La Tumba”, la cascada desciende en forma de cono, con un grosor más ancho arriba y estrecho abajo, lo que para los lugareños denominan La Copa, por la formación que hace la caída libre del agua.
Bañarse en sus aguas casi gélidas es la diversión más placentera que se lleva uno del lugar, premiado por un acentuado bosque tropical.
Tiene una altura de más de 15 metros de caída de agua, que proviene de un apacible charco, que viene reuniendo agua de entre los árboles por escorrentías subterráneas.
La caída del agua permite la formación de hermosas chorreras que forman pequeñas cascadas en el trayecto del afluente, que con agua blanquecina, van aclarando la oscuridad que deja el copioso bosque que lo rodea.
La Copa es un salto para turistas aventureros, por lo escabroso y empinado del terreno para llegar.
Se sabe cuando se está cerca por el bullicio y trinar de las aves, que se espantan ante la presencia de forasteros en su hábitat.
Para llegar hasta él, es necesario abrazarse al aroma de la naturaleza, los árboles y deslizamientos y caídas repentinas, por entre trillos y rocas de la montaña que soporta esta otra belleza de la madre naturaleza.
Vale la pena llegar, porque lo que se aprecia frente a esta cascada es algo irrepetible, que solo puede ser contado por quienes osen vencer o cruzar los obstáculos que se encuentran a su paso, que son creado por la misma naturaleza, para proteger este singular monumento de agua.
Cuando se está de frente a la cascada, uno percibe que ciertamente la caída del agua hace formaciones que se asemejan a una copa.
En tiempo de lluvia la cascada humea, haciendo difícil la fotografía, pero dando un espectáculo natural impresionante, digno de narrar o describir en poemas o una novela de amor.
Es una de las cascadas poco exploradas de la zona, sin embargo, posee un atractivo que a muchos encanta con una caminata entre senderos y montañas desde el distrito municipal de Pedro Sánchez.
La Copa forma parte de las escorrentías de afluentes que dan nacimiento al río Seibo, que nace por las aguas de los saltos El Cocuyo y Cascada Blanca, en el ganadero distrito municipal de Pedro Sánchez, a 17 kilómetros al norte de El Seibo.
Los lugareños cuentan como leyenda que aquella cascada tiene la virtud de haber recibido en su chorrera encantada, visitas de indígenas, al confirmar que en su entorno se han encontrado piezas taínas, como una pipa tallada en piedra.
En su entorno se corta el bejuco indio para la fabricación de mabí, elaborado de forma artesanal, siendo añejado en barrica y garrafón en Pedro Sánchez.
Recomendiones
Para visitar el sitio es recomendable salir en las primeras horas de la mañana y con guías turísticos, por lo tortuoso y accidentado del trayecto, que hay que hacerlo trepando la montaña en forma espiral.
Además, hay que llevar repelente para los mosquitos y buenos calzados, que agarren en las rocas y suelo húmedo del bosque.Flora y fauna
La Sierra de El Seibo, aún conserva su esplendor en su vegetación y sus puntos más elevados se puede avistar guaraguaos, cernícalos y mauras, mientras que en la parte baja, por entre el bosque, se ven y escuchan al pájaro bobo, cigua palmera, barrancolí, petigueres, ruiseñor, chinchilín, judío, cordoní y otras avecillas que engalanan el lugar.
En las aguas que suelta la cascada se producen jaibas, dajao, guabina, carpia o tilapia, camarones y famoso chopo.
La vegetación es muy copiosa, destacándose ceiba, cabirma, pino, cacao, anón, yagrumo, palo seco, bojuco indio y otras enrredaderas, así como diversas plantas que sirven de uso en la medicina.
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