Manuel Antonio Vega
Texto y fotos
HATO MAYOR.-La amenaza de la bacteria HLB, el
virus de la tristeza de los cítricos y otras enfermedades virales diezmaron
más del 60% de la producción de naranjas en la región Este, llevando a la
quiebra y la desaparición total de más de 500 pequeños y medianos productores
en los últimos 15 años.
Solo la letal bacteria del HLB afectó el 100% de
las plantaciones no solo en la región Este, sino en otras zonas productoras
como el Cibao, el nordeste y el Sur, obligando a productores, autoridades del
sector agrícola y a instituciones de investigación a poner en ejecución un plan
para evitar el colapso total de la producción, incentivando el cultivo con
patrones sanos, que resistieran por más tiempo las plantas con vida.
Ricardo Barceló Salas, ejecutivo de las empresas
Naranjas Barceló, Hacienda Romelia, Consorcio Citrícola del Este y la
Agroempresa BHS, expresa que la “Nueva Citricultura”, que consiste en llevar plantas
sanas, libre de la bacteria, producidas en viveros certificados y no a cielo
abierto, han dado un nuevo rumbo a la producción, reportando excelentes
beneficios en la productividad y la rentabilidad.
Aseguró que la letal enfermedad se propagó con extraordinaria
rapidez por todo el país, porque viveristas que producen plantas a cielo
abierto, comenzaron a vender estando enfermas, lo que consideró una “estafa”
mortal a la producción nacional.
Con la presencia del vector que infecta la planta
de HLB, Muchos productores se mostraron escépticos y llegaron a creer que se
trataba de una enfermedad inventada por los grandes productores para sacar del
mercado a los medianos y pequeños cultivadores de naranjas.
La letal enfermedad, les hizo ver sin embargo, otra
realidad y fue rápidamente sus plantaciones fueron afectadas y devastadas,
quedando con deudas bancarias impagables con pocas posibilidad del volver a ver
sus campos produciendo los frutos, que al día de hoy tiene mercado seguro en el
exterior.
El grupo de empresas Barceló, dedicadas desde la
década de 1940 al cultivo de naranjas de manera organizada, son las únicas que
han podido sobrevivir la “devastación”, primero provocada por la enfermedad
Tristeza de los Cítricos y ahora por la terrible bacteria que deja el HLB.
Barceló Salas, dijo que la Tristeza llegó permitir
que el productor pudiera cosechar la producción hasta por siete años, pero que
las plantas afectadas por el HLB no permite que se llegue a un ciclo de vida
productiva de cuatro años, provocando el secado y muerte segura de las
plantaciones.
La Tristeza, no llegó a afectar a todas las
plantaciones, pero donde llegaba en menos de cuatro años, volvió calaveras las
matas, provocando pérdidas que no se han podido cuantificar, pero que fueron de
cientos de millones de pesos, llevando la debacle económica a cientos de
pequeños y medianos productores, que veían con escepticismo como sus
plantaciones se iban disecando ante la impotencia de no poder hacer nada.
La amenaza del HLB y la Tristeza de los Cítricos siguen
presentes y pueden barrer la totalidad de las plantaciones, si los productores
no son asistidos o implementan la Nueva Citricultura, que obliga al productor a
eliminar todas las plantaciones infectadas por la bacteria, para resembrar con
plantas sanas, producidas en viveros certificados, que le garanticen más años
de vida, para así tener una mayor productividad y rentabilidad.
Otras enfermedades
Los cítricos son afectados por otras enfermedades
virales, pero menos letales, como la psorosis, exocortis, y
cachexia-xyloporosis, afectan a más del 60% de las plantaciones en el país,
provocando pérdidas económica de un 10 a 15% en la zona Este.
“La Nueva Citricultura permite a los productores tener
una mayor productividad y rendimiento por hectárea y mejor calidad requerida
por el mercado internacional”, apunta el destacado productor de cítrico.
Y agrega: “Ahora bien, ahora con las plantas
producida en viveros con plántulas sanas, hay que cuidar que no se enfermen,
teniendo un control más riguroso del vector que infecta la planta”.
El que compra matas enfermas, está adquiriendo un
producto con los vasos sanguíneos entaponados por las bacterias y no tendrán un
buen desarrollo en los campos de cultivación de naranjas.
“Si se compra dos matas, una infectada con la
bacteria y otra sana, la irritada alcanzará los cinco años produciendo un fruto
más pequeño y menos jugoso, mientras que una sana, cuidada y protegida, tiene
una durabilidad de nueve años, dando un fruto más grande y de mejor calidad”,
aclaró el veterano productor citrícola.
En el país solo existen dos viveros con
certificación oficial para producir plantas sanas, que operan las empresas
Barceló en la provincia Hato Mayor y la
Compañía Rica, en Villa Altagracia.
Como una forma de contribuir al cultivo de plantas
sanas, el vivero del grupo de empresas Barceló ha abierto la venta de plantas
sanas a los productores nacionales.
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