domingo, 21 de abril de 2019

John Haris Percival Sía fue un culto y visionario educador de Hato Mayor

HISTORIAS Y BIOGRAFÍAS DE HATO  MAYOR
POR MANUEL ANTONIO VEGA

John Haris Percival Sía:  Nació el 27 de junio de 1927, siendo sus padres Alberto Percival (Blanco) y Julia Sía (Fallecidos en 1961 y 1967).
Casó con Lidia María Alarcón, con quien procreó diez hijos.
A los 18 años inició en la frontera con Haití, como inspector de Sanidad.
A los 19 años ya cursaba su carrera de maestro, la que terminó en 1955, siendo su primer empleo como educador en la comunidad agrícola de El Guayabal, en Yerba Buena.
Más tarde ejerció en el paraje Morquecho, en el distrito municipal de Mata Palacio, donde se tiene como el fundador de la escuela Básica Morquecho.
Para el 1960 fue llevado a Los Ranchos, donde fue condecorado con dos medallas por ser un eminente profesor y alfabetizador.
En 1968 fue llevado a Guayabo Dulce, donde permaneció por pocos tiempos, al ser llamado a la escuela Básica de Gualey, hoy “Julio Mateo Jiménez”. Cuando eso el centro era de madera, lo que dificultaba la impartición de clases.
Gestionó con el Cuerpo de Paz de España la compra de los terrenos donde hoy está erigido el centro docente urbano. Solo tres profesores impartían docencia en esa época.
Julio Mateo Jiménez fue el primer director, seguido de  Papito Sánchez, que asumió en 1970 hasta 1972.
En los años 1976 entró como director del centro, John Haris Percival Sía.
Ya siendo director, Percival  Sía decide especializarse en Humanidades o Escuela de Pedagogía, en la Universidad Central del Este, en San (UCE),  Pedro de Macorís, donde optó por el título de licenciado en Biología y Química, dado en 1982.
A partir de ser licenciado, enfermó y fue pensionado por la Secretaría de Educación, hasta la hora de su muerte.

2 comentarios:

  1. Mi tio Hari.Hombre bueno de los que decimos se fue a destiempo. Bonita biografia.Fue un excelente y dedicado educador.

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  2. John Personal Harís excelente profesor, lo conocí cuando educaba en Guayabo Dulce, era entregado a su magisterio. Tengo un grato recuerdo de él aunque duró poco tiempo allá. Pero reconozco que era un magnífico maestro.

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