La República Dominicana no ha sido la excepción.
Se proyecta que el torneo electoral, pautado para el próximo 5 de julio, podría ser uno de los menos concurridos de los últimos tiempos, y esto debido al natural miedo que presentan los votantes a ser contagiados con el mortal virus.
Y era de esperarse. Nadie en su sano juicio vá a poner en riesgo su vida para ejercer un derecho que le está garantizado por la constitución.
Debido básicamente a que una buena parte de los actores que fungen como candidatos no han dado cuando realmente el pueblo los está necesitando, y de hacerse con los cargos a que aspiran, lo más probable es que se desaparezcan del entorno al menos por los próximos cuatro años. Ya nos tienen acostumbrados a hacerlo.
El pueblo está observando detenidamente quién o quiénes son los que realmente se duelen de él, y es por esas razones que consideramos que de darse las elecciones tal y como están pautadas posiblemente no hayan mayores sorpresas.
Tras terminar el proceso electoral de abril la realidad del momento presentaba una fotografía muy diferente a la que se nos presenta hoy, sobretodo porque el coronavirus no había comenzado a azotar con fuerzas a la población Dominicana como ocurre en los actuales momentos.
Por esa y otras razones es que los resultados de ayer posiblemente sean diametralmente muy diferentes a los de mañana.
Hasta el presente momento la curva ascendente de la enfermedad, tanto en muertes como en nuevos contagiados ha empezado a ser aplanada, debido a las medidas, a veces drásticas, que ha debido adoptar el gobierno.
En un momento en que todos debemos luchar n porque la situación siga mejorando, la Cámara de Diputados se empeña en bombardear las iniciativas del gobierno con la finalidad de ganar terreno en el ámbito político, pero jamás se detienen a pensar que dicha estrategia se les podría volver en su contra.
Finalmente debemos esperar a julio, para poder ver cómo van a parar las cosas, porque algo sí es seguro:"una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja", y aquí el único que apareja es el pueblo.
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