EL VALLE, Hato Mayor._ De caminar torpe, tartamudo, vistiendo "ropa de carne y hueso", desnudo, se ha pasado más de 49 años malviviendo en las empinadas montañas del parque Nacional Los Haitises, el célebre personaje Juan Cimarrón, un nómada que ha sobrevivido a enfermedades,, ciclones, tormentas, a los ataques de plagas y animales.
Su cuerpo se ha disecado por ihnanicion en medio del bosque húmedo del parque nacional Los Haitises, sin que nadie corra en su auxilio para rescatarlo de la vida nómada que por más de 49 años se ha aferrado, para estar alejado de la civilización.
Su cuerpo ve agua cuando la lluvia apremia en la zona.
Su piel se ha cubierto de un color marrón, tonalidad que al parecer adquirió por dormir en la tierra, sin cobija ni agua para asearse.
Utiliza un pedazo de caldero viejo, parecidos una cantimplora para cocer los alimentos que engulle.
Diario Libre quiso saber que había ocurrido con este diminuto hombre de tez morena, que adquirió notoriedad en los medios nacionales y agencias de noticias al ser reseñado por este medio en un amplio reportaje divulgando el 3 de febrero del 2014, cuando llevaba 43 años alejado de la civilización.
Luces desmejorado y su salud debe ser motivo de preocupación para las autoridades, que no deben permitir este olvidado hombre siga viviendo a la intemperie, sin un techo digno, en un país de tantos despirfaro económico.
Con 49 años de edad este hombre que nació entre árboles y pastizales en el Parque Nacional Los Haitises, donde lleva una vida nómada, descalzo y desnudo pese a las inclemencias del tiempo y el desalojo llevado a cabo por el gobierno de Joaquín Balaguer en 1991.
Es tartamudo, pocas frases pronuncia y con su mirada penetrante va delatando que la miseria y la desatención de la muleta oficial, para atender a los verdaderos pobres, alos desvencijados de la vida, como Juan Cimarrón.
Ahora se mudó a una montaña más elevada, donde se observa una pequeña plantación de café, que no sabemos si cuánto está de descosechar venderá, o simplemente, consumirá, ya que al lado de un cuchitril o zahurda que levantó con tres jorcones y varias pencas de yagua de palma real.
De unos cuatro pies de estatura, este enigmático hombre ha vivido durante más de 40 años alejado de la civilización, alimentándose con víveres, arroz y trepando árboles frutales.
Quienes logran saber de él y de sus movimientos entre las praderas y el bosque en Los Haitises, hablan de un hombre callado, que no hace daño a nadie, pero que amerita se corra en su auxilio, para que no siga pasando hambre, penurias y sea caldo de cultivo para las enfermedades.
Está enfermo
El estado de ánimo que presenta va diciendo que de salud no anda bien, mientras que su piel se ha ido cubriendo de una escama de colores, que se entremezclan entre el marrón y el negro cenizo.
Sus ensias muestran falta de vitamina. Lucen enrojecidas y su lengua está más blanca que una hoja de papel, señal de que falta la salud bucal.
Piden regreso al seno familiar
Juan Núñez Apolinar es su nombre de pila, de acuerdo a su hermana Rosa Núñez , quien clama porque las autoridades le ayuden a regresar al seno familiar.
Narra las vicisitudes que han pasado con su pariente, quien se "alzó al monte el mismo día que los militares tirando tiros y por orden de Joaquín Balaguer, presidente a la sazón en 1991.
Recuerda que luego de morir su padre y este no ser censado en 1992, tras el desalojo en el Parque Nacional, quedaron sin un lugar donde vivir y Juan decidió irse al bosque, donde nunca ha salido ni permite que vayan por él.
" Él nació entre las hileras y añosos árboles y se resiste salir, pero nos cuentan quienes lo ven que está desmejorado y que hay que socorrerlo, para que no muera de hambre y atacado por plagas y animales", dijo a Diario Libre muy preocupada.
Juan Cimarrón, como es conocido por las escasas personas que lo han podido ver, obtiene fuego para cocinar frotando piedras volcánicas, en cuya zona hay yacimientos.
Ulises de la Rosa, encargado del balneario " Salto Yanigua", ubicado en la zona de amortiguamiento de Los Haitises, narra que solo el fuego que produce acompaña a este enigmático y diminuto hombre de piel negra, que para llegar hasta su guarida, hay que pasarse cuatro horas, dos para ir y dos para regresar por lo escabroso, boscoso y rocoso que es el accidentado bosque húmedo en Los Haitises.
"El fuego es su todo, pues durante el día lo utiliza para cocer sus alimentos y la noche para dormir, ya que agita la candela en la oscuridad, al parecer para evitar ser atacado por los roedores, puercos cimarrones y las culebras que abundan en en la reserva natural", asegura Ulises, quien nos llevó a la presencia del hombre nómada
La generalidad de la gente en el minero municipio de El Valle lo conocen y solo oyen hablar del hombre Cimarrón, que hace fuego con piedras y duerme en el suelo.
Su vida silvestre lo ha convertido en leyenda viviente , porque creen nadie podría sobrevivir tanto tiempo en el bosque y sin estar provisto de los alimentos que puedan vigorizar su cuerpo y darle salud.
Trepa a las matas de coco con rapidez y agilidad asombrosa, que a cualquier mortal le resultaría difícil lograr.
Cuando no puede trepar un árbol, entonces, lo derriba por el tronco, con un "machetico" sin cabo que afila frotando con una piedra volcánica.
Ulises de la Rosa, sostiene que si lo dejan vivir muchos tiempos, pudiera depredar extensas zonas de los Haitises, porque pasa el día solo en la tarea de talar árboles.
Solo a Radhamés, un hombre que tiene un colmado y es barbero en la comunidad Loma del Cuatro itene de amigo y a él le trueca o vende los cocos secos por sal.
Para ir al colmado se cubre con hojas de plátanos y yagrumo, que entrelaza con bojuco y tiras de majagua, que abundan en la zona.
Pedro Martínez Cisneros, famoso personaje del Municipio El Valle que carece de sus dos extremidades inferiores, labora su parcela y trepa a los cocos como si nada, dice que conoce a Juan Cimarrón y que hace unos 12 años se enfrentó con él a los machetazos y que pudo salvar su vida milagrosamente, cuando " tratè llegar a su guarida".
A los plátanos les corta las manos más grandes y deja la mata parada.
"Donde él vive está limpio y los árboles alrededor del taburete que le sirve de morada los ha cortado, para que le entre la claridad del sol y de la luna durante el día y la noche.
"Ese hombre puede vivir civilizadamente, vive nómada porque no ha encontrado a alguien que corra en su auxilio", expresa Juan Castillo, quien ha podido hablar con el hombre y asegura que es nativo de San Cristóbal y que su familia vive en Los Gatillos de Hato Mayor del Rey.
Juan Cimarrón nació en Los Haitises, pero que con el desalojo sus padres se fueron a vivir a Los Hatillos de Hato Mayor y jamás volvieron por él.
Hay que asistirlo
Tratadista de la conducta humana, explican que Juan Núñez Apolinar (Juan Cimarrón), de ser auxiliado por las autoridades sanitarias puede cambiar su vida, al sostener que en pleno siglo XXI un ser humano no puede ser tratado con tanta apatía u dejadez
Su vida silvestre está para contarla en cortometraje, pues pasarán miles de años, para que a Los Haitises vuelva a vivir un Juan Cimarrón, a sabiendas de que por calles de ciudades pululan muchos Juan Cimarrón, que esperan la suerte de ser asistidos por las autoridades.
"La desidia no puede estar enquistada en el poder, para olvidarse de un ser humano de esa manera, que tenga que pasar noche día desnudo, sin que a nadie le mueva la consecuencia", expresa la profesional.
Por más rápida que estemos viviendo la vida, no podemos olvidar el humanismo como práctica importante en favor de alguien enfermo, abandonado y hasta despreciado por las autoridades de Salud Pública.
ResponderEliminarDónde está el amor al prójimo que tanto cacarean las iglesias?
Está persona debe ser rescatada de la vida en la cual malvive, y curada en un hospital, para reincertarlo a la sociedad.