MANUEL ANTONIO VEGA
En la postrimería de la década de 1980 conocí al polémico periodista, Tony Pina.
El era redactor y yo
corresponsal en Hato Mayor para el desaparecido vespertino Ultima Hora. Era una época convulsa y que el Partido Revolucionario Dominicano
(PRD) había sido extrañado del poder, por el Partido Reformista Social
Cristiano (PRSC), que regresó al solio presidencial a Joaquìn
Balaguer.
Recuerdo con precisión, que fue enviado a Hato Mayor a investigar el caso del
diputado Isidro Ramírez, que fue forzado a renunciar a su curul, tras ser
acusado de sacar del país a varias
personas con pasaporte plagiado, falso.
Recuerdo que su investigación provocó un llamativo titular del vespertino que rezaba “Diputado Hato Mayor dice cantará como un gallo”, haciendo alusión a que si pretendían despojarlo de la curul revelaría quienes más practicaban la insana practica, que era una forma de hacerse rico con el tráfico de personas.
Ese día se vendió todo el periódico en Hato Mayor.
Desde el 1989, fecha que ocurrieron los hechos, califiqué a Tony Pina como
intrépido investigador, que sacaba de donde no había, para lograr sus crónicas
fueran impactantes y despertara el interés de la gente.
Su vista era tan rápida como su pluma al escribir.
Era capaz de ver cosas que otros comunicadores no veían
al momento de armar una historia periodística.
Lo que era para otro imposible e inadvertido, él tenía
la virtud de visualizar, como todo un detective de los hechos, para construir
su historia.
Fue un “rojo”, intenso y perspicaz comunicador que motivaba a la lectura de Ultima Hora, que era el periódico más controversial de la época.
Era un verdadero “escarlata”, intenso en la búsqueda
del dato preciso, para llevar al lector a la lectura.
En esa época era
“tela lujosa” del periodismo de investigación y la controversia.
La muerte
Hoy me enteré de su muerte por coronavirus, luego de
permanecer días internos y complicarse con otras enfermedades preexistentes.
El legendario periodista estaba ingresado en la Plaza de la Salud.
Recuerdo que en el 2017, Pina, quien era secretario general del
Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), anunció que se retiraba por sus
complicaciones de salud y lo hizo con este mensaje:
“Mis males no tienen remedio: mis dos piernas
claudican y me canso a cada momento, empeoran cada día; mi diabetes me destroza
porque es una diabetes asesina, la hipertensión arterial incontrolada a pesar
de mi afán por controlarla cada mañana, y para colmo de mis males presiento un
cáncer en alguno de mis órganos. Mi voz se quiebra”.
Era oriundo de Sabana Grande de Boyá, de la
provincia Monte Plata.
Golpeaba con su pluma, pero en la postrimería de
su vida, ya vencido, pidió perdón a aquellos a quienes en vida y con sus
escritos ofendió.
Hermano, hasta luego...
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