miércoles, 24 de abril de 2013

Estoy preocupado por los ruidos en Hato Mayor

Manuel Antonio Vega
Manuel Antonio Vega
Estoy muy preocupado… Y con sobrada razón.
Es que Hato Mayor, una ciudad que en el otrora reciente, era tranquila, apacible y donde la familia se echaba a dormir antes de las 10:00 de la noche, ya no puede conciliar el sueño por los ruidos.
Mi preocupación está por el bullicio, que parece que en las últimas dos décadas se ha enraizado en los hatomayorenses, que ahora comienzan a acostarse hasta la 3:00 de la madrugada.
La aculturación y la modernidad han cambiado la personalidad y la cultura de los nativos, que ahora son más tolerantes al bullicio que a la tranquilidad.
Ya en Hato Mayor no hay madrugada sino mañanita, por los altos ruidos de colmadones y carros bocinas
Los ruidos se apoderan de los ciudadanos, que aunque hay leyes y quienes deben aplicarlas, permiten que el pueblo sean un solo equipo de música.
No se percibe la injerencia de Medio Ambiente, las autoridades municipales y la policía para detener los escándalos, griterías y ruidos que emiten los carros bocinas, motores, que adaptan muffler con ruidos estruendosos para transitar las vías públicas.
La paz pública está amenazada y el sueño está negado por los ruidos en colmadones.
El ruido es un sonido indeseable y  perturbante que afecta sicológicamente y físicamente al ser humano, pero en Hato Mayor la juventud practica el ruido para atraer la atención de los demás.
Estoy preocupado más por el silencio y las pocas acciones que deben implementar las autoridades, que por el propio ruido.
Pienso que quienes hacen ruido y perturban el sueño de hombres y mujeres que cada día tienen que dejar la cama en la madrugada para ir a los centros de trabajos, pagan o tienen permiso para hacer ruidos.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el nivel de ruido no sea mayor de 55 decibeles para no generar grados de molestia, como trastornos del sueño, malestar general y dolor de cabeza, entre otros efectos a la salud, pero en Hato Mayor hay lugares donde el ruido ronda hasta el 80%, sin que nadie intervenga para corregir la situación.
Valoramos el gesto del fiscal, Manuel Emilio Santana,  por buscar moderar los ruidos en negocios, pero quiero decirle a él, que cuando se asoma a la cama, los ruidos no tienen regimiento ni control en la ciudad.
Los sonómetros, instrumentos usados para medir los niveles de sonido colocados, la población no lo conoce, pero sí saben que no duermen por el alto volumen de radios en negocios y carros bocinas.
Los ruidos, tanto en el campo como en la ciudad,  no es reglamentado.
Aplicar la regulación es sencillo, pero no se cumple, o mejor dicho, no se hace cumplir en Hato Mayor.
Los políticos
Cuando una autoridad busca frenar el ruido y el bullicio, los políticos se unen, para impedir que se cumpla con la ley o disposiciones legales.
La bulla de los burdeles se riega por todos los barrios de la parte norte de la ciudad, pero nadie puede parar a esa gente, porque se dice que por lo bajo agentes policiales reciben comisiones.
La calidad auditiva se está perdiendo en Hato Mayor y pronto tendremos que poner escuelas de sordos para poder entendernos.
Estoy preocupado porque muy pocos nativos luchan contra el ruido, mientras otros piensan que luchar contra el ruido es abogar por el silencio.
Realmente estoy preocupado, por los ruidos, quienes lo producen y por quienes lo permiten, pudiendo hacer algo para evitar nazcan las escuelas de sordos en Hato Mayor.

1 comentario:

  1. MUY CERTERO SU COMENTARIO, A ESO LE DEBEMOS SUMAR ALGUNOS RELIGIOSOS, CIERRAN CALLES Y PONEN MÚSICA Y RUIDO A ALTAS HORAS Y OFENDIENDO A LOS LUGAREÑOS. LA PREGUNTA ES, QUE ES LO QUE HAY QUE HACER PARA QUE LAS AUTORIDADES COMPETENTES HAGAN CUMPLIR LAS LEYES? SE SUPONE QUE ES ILEGAL EL CONSUMO DE ALCOHOL EN LUGARES ABIERTOS (COLMADONES) SUMADO EL RUIDO CON MÚSICA A DECIBELES INSOPORTABLES. QUIEN NOS AYUDA A LA PONLACION INDEFENSA? QUIEN?!!

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