viernes, 10 de enero de 2014

JUANILLO UN PUEBLO FANTASMA DE LA PROVINCIA LA ALTAGRACIA

FAUSTO ADAMES
Juanillo. Su paisaje parece extraído del relato de algún pueblo fantasma, pero es una cruda realidad. Compuesto por unas 54 casas en las que viven poco más de 200 personas en esta pobre y pequeña comunidad de pescadores sus moradores sobreviven básicamente de la pesca y de unos que otros pequeños negocios que a duras penas mantienen algunos de sus residentes, en este pueblo condenado a una miseria espantosa, al abandono y al olvido.
Aunque la comunidad cuenta con más de 100 pescadores, y en ella también residen muchos trabajadores del complejo inmobiliario turístico Cap Cana, los residentes se quejan de que el ayuntamiento nunca recoge la basura, y por eso en el lugar han tenido que improvisar tres vertederos, y proceder a quemar los desechos cuando estos no aguantan más, conscientes del riesgo que esto implica para la salud de los residentes del poblado.
También afirman que el sistema de alcantarillado sanitario colapsó por falta de mantenimiento y las vías de acceso al pueblo se encuentran prácticamente intransitables, situación que aísla el poblado aún más porque por el estado de deterioro de las calles las guaguas de transporte público no quieren entrar a la comunidad.
Lucas Guerrero.Lucas Guerrero, director y maestro de la Escuela Básica de Juanillo, afirmó que la zona se encuentra afectada básicamente por tres problemas graves. “El primero de ellos es la condición de los pozos filtrantes, que están llenos y tapados hasta el tope.” Dijo que “esto ocurre por falta de mantenimiento, porque desde que se construyeron los pozos nunca se les ha dado el mantenimiento que requieren, y es de extrema urgencia destaparlos porque algunos de ellos se encuentran frente a la escuela, y esta situación atenta contra la salud de los niños que estudian en el centro docente”.
Indicó que “el segundo problema grave es la recogida de basura, ya que pasan años sin que el Ayuntamiento venga a recogerla.” Explicó que “en principio cuando el pueblo fue fundado, venía un camión semanal a retirar los contenedores, pero ya ese camión tiene varios años sin venir aquí.”

Dijo que “por eso la comunidad está totalmente arropada por la basura, y nosotros tenemos que echarla en hoyos y quemarla, para no ahogarnos en ella”. “Hasta hemos tenido que improvisar tres vertederos donde arrojamos los desperdicios y cuando ya no podemos acumular más entonces procedemos a quemarla.”
Agregó que “el otro problema grave es la situación de las calles que están totalmente deterioradas por la falta de mantenimiento, y por los vehículos pesados que transitan por ellas.”
Por el mal estado de las calles, las guaguas del transporte público no quieren llegar hasta el pueblo.
Guerrero “pidió a las autoridades competentes, sea el ayuntamiento o quien sea que se apiaden del pueblo y que por favor, traigan contenedores y vengan a recoger la basura aunque sea una vez a la semana, porque de lo contrario pronto en este pueblo no se podrá vivir.”
Relató que “hace tiempo vino una brigada del ayuntamiento y limpió el barrio, como reacción a un escrito que publicó el BávaroNews sobre el problema de la basura, y quedaron de venir al menos una vez quincenal o semanal, pero jamás han vuelto.” Indicó que Juanillo cuenta con 54 casas en las que viven unas 150 personas aproximadamente.
Explicó que una de las principales causas por las que el barrio se encuentra en estas condiciones es que anteriormente Cap Cana, que construyó esta comunidad aquí, brindaba mantenimiento al barrio. “Lo chapeaban y limpiaban totalmente. Pero luego el complejo inmobiliario dejó de hacerlo y la comunidad se quedó con la costumbre de que Cap Cana era la que hacía todo, y los residentes se quedaron con los brazos cruzados sin hacer nada, y el barrio se fue acabando poco a poco, derrumbándose pedazo a pedazo, y uno de los factores que más lo tiene destruido, la basura, fue arropándolo todo, y esto fue lo que pasó.”
Indicó que “también aquí funcionaba una junta de vecinos que brindaba un poco de mantenimiento al sector. Pero luego su cabecilla vendió aquí y se fue a vivir a Verón y todo el mundo se quedó otra vez con los brazos cruzados sin hacer nada y nadie se preocupó porque el barrio se mantuviera limpio y ordenado, y esta es otra de las desgracias que ocurrió.”
Situación de la Escuela Básica
Destacó que “por lo menos la escuela está en buenas condiciones y eso se lo debemos a Shell Cadenas, co-fundadora de la Fundación Colibrí Partners, entidad que apadrina el centro docente.” Dijo que la escuela llega hasta el sexto curso de primaria y cuenta con 31 alumnos. No obstante, Guerrero advirtió que “la escuela tiene dos maestros adicionales que aunque se les paga, no es el sueldo que ellos ameritan, porque aquí el ministerio de Educación se comprometió a nombrar un maestro adicional, pero el nombramiento nunca ha llegado.”
De su lado, Shell Cadenas, representante de la Fundación Colibrí Partners, corroboró el hecho de que “el ministerio de Educación no responde como debiera con relación a los recursos para el pago de los profesores de la Escuela Básica de Juanillo.” “Educación dice que necesitamos cincuenta niños por cada profesor, y alega que aquí la matrícula es muy bajita.”, afirmó. Indicó que “por el momento la escuela cuenta con tres maestros, uno nombrado por Educación, y dos más pagados por la fundación. Cada profesor tiene dos grados, y dan clases al mismo tiempo.” Dijo que “la misión que se han propuesto es que la escuela llegue al bachillerato”.
Deterioro profundo
Para tratar de explicar el rápido deterioro sufrido por la comunidad en sólo unos cuantos años, Johnny Peralta, otro residente de la comunidad expuso que “anteriormente aquí había un campamento en el que habitaban más de 5,000 trabajadores, y hace poco tiempo atrás este pueblecito abastecía de todos los obreros de las construcciones del Complejo Cap Cana, situación que motivó a que los equipos pesados comenzaran a penetrar el pueblo, rompiendo las calles y deteriorando las vías en poco tiempo.” “Aquel deterioro fue una cosa tremenda”, exclamó.
Dijo que a veces se dan casos de residentes que sufren dolores o se enferman y tienen que esperar hasta dos y tres horas esperando una guagua que tenga pasajeros que vengan aquí, para poder transportarse, porque cuando las guaguas no tienen pasajeros que vengan hacia acá, se devuelven. Es decir, si las guaguas no tienen pasajeros que vengan directamente hasta aquí, se devuelven por el deterioro de las calles.” “He oído decir de los choferes que no quieren entrar porque no van a destruir sus guaguas a cambio de nada.”
Otro residente, Efigenio Hernández Reynoso, afirmó que las autoridades deben aportar soluciones al barrio para que la gente se sienta y viva bien, pero así como estamos viviendo en un barrio destruido no nos sentimos bien porque no estamos recibiendo un servicio que necesitamos y merecemos, porque hemos trabajado y vivido aquí.”
“Si las calles estuvieran buenas y existieran las condiciones apropiadas, vinieran muchos turistas de Bávaro hacia el pueblo de Juanillo a conocer la comunidad.” Dijo que “anteriormente aquí había una tienda de artesanía que recibía muchos turistas, y también un restaurante, pero eso se destruyó, todo el mundo echó para atrás y ya nadie quiere venir.”
También Juan Reyna Rondón, indicó que en esta comunidad hay contabilizados 92 pescadores, pero son más de cien. Denunció además el hecho de que “cuando el síndico Radhamés Carpio Castillo no estaba se pagaba a dos mujeres, Fausta Calderón y Francisca Mejía RD$3,000 mensual para que recogieran la basura.” “Luego, cuando Radhamés ganó nunca más les han dado un chele a esas viejas para que sigan recogiendo la basura. Ellas tienen tres años que no trabajan y desde ese entonces no hay dinero para pagar la recogida de basura.”, se quejó Reyna Rondón.
Este es uno de los tres vertederos improvisados hechos por los residentes, porque no tienen quien recoja la basura

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