Se nos fue un ángel de la Educación en Hato Mayor
Anatilde Santana, quién hasta la hora de su muerte fue un ejemplo de maestra de generaciones se nos ha ido de entre nosotros .
La misma hizo grandes aportes como Directora de la Escuela Bernardo Pichardo.
Siempre alegre, pero de una rectitud insoslayable.
Fue un ser incuestionable en la sociedad de Hato Mayor del Rey.
Esposa y madre ejemplar.
Maestra de vocación, que no escatimaba esfuerzos en ayudar a los demás en el área educativa.
Querida y admirada por toda la ciudad, sobre todos por aquellos que estuvieron a su lado, aquellos que valoraron su trayectoria incólume, de mujer que no varió de actitud, aún en medio de las adversidades.
Fue mujer honrada, digna de encomio y admiración.
Dulce y cariñosa con quién sentía afectos.
Era de aquel tipo de persona que creían que la escuela no sólo ha de ser transmisora de conocimientos sino formadora de la persona de forma integral.
Era una maestra que en su época conectaba con la sociedad por su elevado grado de responsabilidad, que nunca la apartaron de sus principios éticos y morales.
Era mujer de paciencia y muy observadora, tanto así que ella misma se corregía, cuando sentía que había fallado en algo.
Anatilde, te fuiste físicamente de la sociedad, pero en lo particular te recordaré por sabios y sanos consejos que llegaste a darme. Recordaré tu café que muchas veces me dabas cuando solía visitar a tu casa del sector Puerto Rico, donde acudía para obtener información sobre el origen y evolución de la escuela Bernardo Pichardo, donde dejaste parte de tu accionar y pensar.
Te extrañaremos noble mujer, porque fuiste ejemplo y representación genuina de una buena educadora en Hato Mayor del Rey.
Me quedo con el placer y el orgullo de haberte conocido, de haber sido cobija de mi enseñanza en la escuela Bernardo Pichardo donde alcancé hasta el sexto grado de primaria de 1969 hasta 1976. Dios te tenga en un sano y seguro lugar allá en el cielo.
Nuestras condolencias a tus hijos Jesús, Arturo, Ana y Eduardito, a quienes lograte procrear con mi amigo Arturo Santana.
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