MANUEL A. VEGA
La menor, pasó la tarde correteando con varios vecinos, pero como entre muchachos siempre hay discusión, la víctima terminó peleando con sus amiguitos, lo que provocó que su madre, Juana Mejía interviniera para desapartarlos.
Al parecer, a la suicida no le gustó que su madre, que llegó halarle las orejas y darle varias palmadas por la espalda delante de los muchachos, conminándola a entrar a la casa.
Una vez en la casa, la madre siguió corrigiendo a la víctima, pero la niña en actitud de rebeldía, le fue encima a su madre, como si se tratara de una enemiga cualquiera.
Tras los regaños, que buscaban llevar a la obediencia y la corrección, la adolescente se retiró a su habitación, dio vuelta y salió a la cocina en busca de un cuchillo.
Tomó el cuchillo de cocina, cortó un cordel de soga de nylon de tender ropas en el patio y regresó a la habitación.
Ya en la habitación, tomó una silla plástica, color rojo, la subió a la cama, se ató la soga al cuello y luego pendió de un bajante del techo de la habitación, deslizó la silla y se dejó caer, ahorcándose.
En la escena del hecho, las autoridades encontraron varias correas de pantalón entrelazadas, lo que hace presumir que la joven trató de suicidarse con ellas, pero las mismas cedieron al volumen de su cuerpo.
El cuchillo, con el que cortó la soga en el patio, también estaba en la habitación, encima de una maleta.
Al momento de tomar la fatal decisión, la adolescente vestía un pantalón rosado a rayas azul y una camiseta, color verde estampada.
Para desmontar el cadáver, fue necesaria la ayuda de varios voluntarios, dado el tamaño y el peso de la adolescente.
Participaron el médico legista, Santini Calderón Gastón, fiscal adjunta, Kenia Romero y miembros de
Centenares de personas se presentaron al lugar de la tragedia, a curiosear e indagar sobre el origen del suicidio.
El cadáver de la menor le fue entregado a los familiares.
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