MANUEL A. VEGA
HATO MAYOR.- “Despierta Carlito para que te beba tu leche, no es verdad que tu está muerto, Dios dime que eso es mentira”, eran expresiones que brotaban de los labios de Alba Fernández, madre de Carlos Ogando Fernández, un niño de apenas cinco años de edad que la tarde de este sábado murió tras ser alcanzado por una camioneta en marcha, en la intersección de las calles 20 de mayo con Palo Hincado, en Hato Mayor.
Tras matar a Carlito, el conductor del vehiculo huyó, por lo que no se ha podido determinar quien es el propietario del vehículo y quien conducía.
El rostro del niño quedó desfigurado con el impacto, quedando inerte su cuerpo en el pavimento.
Su cadáver fue llevado inicialmente a la morgue del hospital “Dr Leopoldo Martínez” y posteriormente entregado a sus familiares.
Residía junto a su madre Alba Fernández y su abuelita en la calle Quirilio Vilorio número 6, en el sector Puerto Rico, de esta ciudad.
Al momento de encontrar la muerte, el menor iba a comprar un “Chito” al colmado y sin percatarse cruzó la calle y el vehículo que iba a una muy alta velocidad le dio de lado, lanzándolo a unos 10 metros de distancia.
En la casa donde residía el menor todo era llanto y dolor entre familiares y vecinos que se habían encariñado con el niño, que cursaba el primero del nivel inicial en la escuela Bernardo Pichardo, ubicada a escaso metros del hogar y del lugar donde ocurrió el accidente.
HATO MAYOR.- “Despierta Carlito para que te beba tu leche, no es verdad que tu está muerto, Dios dime que eso es mentira”, eran expresiones que brotaban de los labios de Alba Fernández, madre de Carlos Ogando Fernández, un niño de apenas cinco años de edad que la tarde de este sábado murió tras ser alcanzado por una camioneta en marcha, en la intersección de las calles 20 de mayo con Palo Hincado, en Hato Mayor.
Tras matar a Carlito, el conductor del vehiculo huyó, por lo que no se ha podido determinar quien es el propietario del vehículo y quien conducía.
El rostro del niño quedó desfigurado con el impacto, quedando inerte su cuerpo en el pavimento.
Su cadáver fue llevado inicialmente a la morgue del hospital “Dr Leopoldo Martínez” y posteriormente entregado a sus familiares.
Residía junto a su madre Alba Fernández y su abuelita en la calle Quirilio Vilorio número 6, en el sector Puerto Rico, de esta ciudad.
Al momento de encontrar la muerte, el menor iba a comprar un “Chito” al colmado y sin percatarse cruzó la calle y el vehículo que iba a una muy alta velocidad le dio de lado, lanzándolo a unos 10 metros de distancia.
En la casa donde residía el menor todo era llanto y dolor entre familiares y vecinos que se habían encariñado con el niño, que cursaba el primero del nivel inicial en la escuela Bernardo Pichardo, ubicada a escaso metros del hogar y del lugar donde ocurrió el accidente.
Entrada la noche, las autoridades policiales y judiciales, no tenían informe si el conductor del vehículo que le arrebató la vida a Carlito, se había entregado o fue detenido.
Testigos oculares de la tragedia, aseguran que la camioneta iba a una muy alta velocidad e indican que era de color blanco y una sola cabina y que cogió rumbo a la carretera Mella que lleva a San Pedro de Macorís.
El padre del menor reside en el exterior, por lo que se espera que esté domingo en Hato Mayor para acompañar a la tumba a su hijo.
Siempre es lamentable la muerte de un ser humano, pero me parece más tragico cuando muere un pequeño, Q.E.P.D.
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