sábado, 8 de diciembre de 2012

La tortuosa vida de Manuel Maca Chiclet

Manuel Antonio Vega
HATO MAYOR.-Manuel Maca Chiclet, desde que nació, su madre lo dejó abandonado en casa de la anciana Luz Fernández, una carismática y bondadosa mujer de Hato Mayor que ahora no puede atenderlo por estar en silla de rueda.
Nadie sabe quien es su padre ni el nombre de su verdadera madre, que desde hace un buen tiempo está residiendo en el costero pueblo de Boca Chica, provincia Santo Domingo Este.
Manuel, nació con problemas de retardo mental y desde muy pequeño se correteaba por las calles de Hato Mayor y trepando árboles, donde a menudo se caía, siendo llevado al hospital.
Su última caída de una mata de almendra en el sector Ondina, al norte de Hato Mayor, lo provocó la muerte en el hospital Antonio Musa.
Es muy querido en Hato Mayor, donde la gente vive preocupada por su estado de salud.
En una ocasión, el programa Atacando TV logró que fuera internado en un centro de recuperación en Sabana Perdida, en Santo Domingo, pero al pasar dos años, los médicos vieron cierta mejoría y le dieron de alta.
Esa vez su llegada colmó de alegría al católica pueblo de Hato Mayor, siendo visitado por muchas personas que querían conocerlo y ayudarlo.
Un día se introdujo en la cañería del sistema clocal y los bomberos tuvieron que ir en su rescate, luego se subió a la azotea del edificio de Oficina Públicas y amenazaba con lanzarse al vacío, pero brigadas de los organismos de rescate y los bomberos, lograron persuadirlo y bajarlo del techo. Ese día medio Hato Mayor corrió al edificio a presencia, lo que para él era una risa.
No le hace daño nadie, es un niño con problemas, que le hace el amor de madre.
El mote de Maca Chiclet le viene porque vive comprando cuanto dinero le dan del dulce, que luego hace una gigante bola y lanza sobre las redes eléctricas en los barrios.
Habla poco, pero reconoce los nombres de figuras y personaje de Hato Mayor. En el barrio Villa Ortega, donde vive doña Luz, la gente lo quiere y le da comida.
Algunos desaprensivos, dopado de drogas han llegado a violarlo analmente, lo que ha merecido internamiento médico.
El sufrimiento y drama que vive Maca Chiclet  no quiero que lo viva nadie, es desesperante, preocupante, porque además vive hacinado junto a la viejita, que le da de comer de lo que a ella le llevan vecinos y familiares.


Al ir creciendo, el niño comenzó a coger las calles y duraba hasta dos días desaparecido, tiempo que pasaba la vieja buscándolo hasta alta horas de la madrugada.

La anciana optó por ponerle cadena y amarrarlo a una varilla de la pared de la casa, pero prontamente, Maca Chiclet comenzó a romper los bloks para desprender la varilla, para  desatarse  y tomar la calle de nuevo.

Luz no pudo retenerlo con este método en la casa, por lo que el muchacho volvió a la calle y tomo como hobby trepar a los árboles, lo que le trajo consecuencias funestas, que hoy lo tienen postrado en cama en San Pedro de Macoris
En una ocasión las autoridades localizaron a la madre del niño y se lo entregaron para qu se hiciera responsable del cuidado, pero al día siguiente le abrió la puerta y salió sin rumbo, siendo localizado en la ciudad de La Romana.
Se presume que la madre, avergonzada por tener un hijo loco, lo subió en una guagua de pasajero y lo abandonó en una calle de La Romana.
Luz, su madre adoptiva, hoy sufre más que nunca, porque no encuentra quien le regrese a casa a Maca Chiclet.

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