SABABA DE LA.- El único municipio de la provincia Hato Mayor con playas, bahía, poseedor de una vasta y exuberante vegetación, con hoteles en las montañas de Los Haitises, club ecuestre, pero sigue siendo un pueblo desconocido por el grueso de los dominicanos, debido a que está aislado del resto del país por el mal estado de las carreteras que acceden a este rincón ecológico del Este.
Las bellezas naturales que le adornan hacen contrastes con el abandono
que exhibe el pueblo, con calles maltrechas y sin asfaltos, falta de un sistema
sanitario, un hospital moderno y que se
le ponga atención a la producción de arroz y la pesca, principales renglones de
la producción en la zona.
El transporte marítimo es tortuoso, ya que el muelle o embarcadero es
afectado por un bajo calado, que obliga a remolcar los turistas y pasajeros que
van Samaná en pequeñas hasta 300 metros de distancia, porque el bote no puede
anclar en el muelle por los sedimentos arrastrados que deposita el río Yabón al
norte del municipio.
Con una disposición política estatal que construya las infraestructuras
requeridas para la explotación turística y el desarrollo de sus habitantes,
este municipio no tiene porque envidiar a otras ciudades, por sus bellezas
ecológicas y encantos marino-terrestres.
A Sabana de la Mar se llega por una encurvada carretera, que ahora está
en construcción, bordeada de precipicios, que hacen riesgoso, pero a la vez
fascinante su trayecto por la espesa y
exuberante vegetación que la cubre.
El muelle está tan deteriorado, que para tomar el bote que te lleva a
Samanà, primero hay que abordar una pequeña y destartalada yola, que en muchas
ocasiones se ha volteado, dejando a merced del agua a turistas y pasajeros.
Es mejor llegar por aire, pero el helipuerto que había en el costero
municipio ha sido abandonado y sólo pueden descender helicópteros.
Su puerto fue importante en el pasado siglo XX, que dejó bonanzas al
municipio, que aún se pueden observar en las impresionantes viviendas de estilo
victoriana con balconadas de madera.
BELLEZAS
Sabana de la Mar es el centro de comunicaciones para llegar al Parque
Nacional de Los Haitises, donde hay impresionantes cavernas y una carretera
acuática ecológica bordeada de mangles, que invitan a la fotografía, para
perennizar el lugar.
Esta comunidad costera está bordeada además por la parte norte por la
Bahía San Lorenzo y la de Samanà, dos corriente de agua marina que dan al
parque Los Haitises y de donde se puede apreciar los cayos de los pájaros.
El camino que conduce al parque de Los Haitises no es el más bueno, pero
te lleva al parque acuático “Paraíso Caño Hondo”, un lugar paradisíaco que se
levantó cuidando la naturaleza en la misma falda de una de las montañas de la
reserva científica.
En Caño Hondo usted puede alojarse en un hotel ecológico de unas 26
habitaciones, cuyas estructuras están bañadas de cascadas de agua dulce,
construida sobre la corriente del río Jíbales, un recurso hídrico de unos 7
kilómetros de extensión subterráneo y que aflora a medio kilómetros del hotel y
cuyo trinar del agua hacen más apasionante la estadía en el lugar.
Camino a Caño Hondo, turistas y visitantes podrán observar las extensas
plantaciones de arroz, cultivadas en el proyecto del mismo nombre.
Andando por la bahía San Lorenzo, reservorio para la crianza de
cangrejos y otros crustáceos y peces, se pueden apreciar Los Cayos de los
Pájaros, que pienso son diseños del Dios Creador, para que las aves
acuática-marina tuvieran su habitad reservado y no ser molestado por los
humanos.
Aquí se aprecian aves rapases como la Laura, con su cayo propio, otro
cayo de garza blanca, alcatraz, pelícano, cuervo, paloma turquesa y otras
palmípedas rapaces.
Ya en el parque se puede observar impresionantes cavernas con pinturas
indígenas, que dejan claro que fueron habitadas por nuestros aborígenes.
Existen cavernas, como la Puerta del Cielo”, donde se puede ver el
afloramiento del río del mismo nombre, en la cual para llegar a la sala
principal de la cueva, hay que caminar por las aguas del afluente.
Atravesar algunas cavernas de un extremo a otro es una auténtica y
apasionante aventura para todos los amantes de la naturaleza, una aventura que
requiere valor y equilibrio, ya que hay que ir recorriendo amplios salones con
el nacimiento de higos que entretejen sus ramas en forma de nudo de serpientes.
Hacia el Este de Sabana de la Mar, están los proyectos arroceros y las
ciénagas de Las Cañitas, Capitán y Magua.
Estas son comunidades costeras, donde abundan muchas aves exóticas como
la cotorra y otras acuáticas, que están siendo cazadas por turistas, que toman
el lugar para aprender a tirar.
Por su natural vegetación, Sabana de la Mar fue escenario de la Tercera
Feria Ecoturística y de Desarrollo, organizada por la Fundación Ciencias y
Desarrollo, que dirige Julián Serrulle en 1998.
Deportes acuáticos
Las bahías San Lorenzo y la de Samaná que bañan la costa de este
histórico pueblo, cuna de la Santa Señorita Elupina Cordero, son escenario de
actividades deportivas, siendo de las cosas que atraen a turistas canadienses,
alemanes e italianos.
Aquí solo hace falta el empuje estatal, para hacer del costero municipio
un verdadero paraíso natural, porque su gente es muy hospitalaria y atenta con
el visitante
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