Por Juan Sangiovanni
A pesar de su alto grado de contaminación, el abandono histórico al que las autoridades lo han sometido durante años y el maltrato al que diariamente está sometido por parte de habitantes e industrias, el río Ozama aún mantiene su capacidad de poder trasformar positivamente la cara de la ciudad Primada de América. Solo haría falta visión y decisión política.
El río Ozama nace en la Loma Siete Cabezas, en la Sierra de Yamasá, y luego de recorrer 148 kms. y ser alimentado por afluentes como: el río Yamasá, el Guanuma, el río La Savita, el Yabacao, El Cachón de la Rubia y el río La Isabela parte en dos esteasentamiento humano llamado Santo Domingo y desemboca en el Mar Caribe, no sin antes recibir toneladas de desechos de todo tipo, lo que lo ha llevado al estado de degradación en que se encuentra.
Solo hay que leer el párrafo anterior para entender la importancia de sanear estás dos cuencas hidrográficas y un poquito de visión para palpar la vocación turística de nuestro aún hermoso río Ozama.
Con un plan a largo plazo para el saneamiento y la recuperación de sus riberas por medio de la reubicación de los habitantes de los barrios sumidos en la pobreza que las ocupan, el río Ozama en unos años podría ser un atractivo para los turistas que visitan nuestro país, especialmente los que arriban por el puerto de Santo Domingo y Sans Soucy. Este “corredor turístico” sobre el Ozama serviría para enlazar tanto los puertos de Santo Domingo como nuestra Zona Colonial, con el Parque Nacional Humedales del Ozama.
Los Humedales del Ozama
El Parque Nacional Humedales del Ozama, ubicado en la provincia de Santo Domingo, es un área protegida de 47 kilómetros cuadrados que engloba una zona de humedales y manglares en las márgenes del río del mismo nombre. Fue declarado parque nacional en el año 2002, siendo incorporado al Sistema Nacional de Áreas protegidas en el 2004, sin embargo no fue hasta el 2009 que se inició el proceso de recuperación del área.
Dentro de la flora presente en el parque, podemos contemplar plantas como la guazuma, javilla criolla, caimito, campeche, guarana, la enea, ceiba, caoba y por supuesto las endémicas palma real y el corozo. La fauna está compuesta principalmente por aves, siendo muy frecuentes la garza real, el martín pescador, la yaguasa, la garza pechiblanco, el pato de orillas y la gallareta en las zonas húmedas, mientras en las zonas terrestres se pueden ver ciguas palmeras, carpinteros, saltarinas , garzas ganaderas, judíos, julian chivi y carraos.
Esta belleza natural, ubicada a minutos de la capital dominicana, aún no ha sido explotada al máximo como destino turístico, siendo mínimamente conocida (y con cierta mala fama injustificada) sólo la zona correspondiente a “El Cachón de la Rubia”, balneario visitado frecuentemente por personas que viven en las cercanías para disfrutar del baño en sus ricas aguas.
Las demás zonas, como La Laguna Manatí y el Bosque de Mayú, que conforman El Parque Nacional Humedales del Ozama, se mantienen en el anonimato y solo tuvieron cierto esplendor durante el paso de Jaime David Fernández Mirabal por el Ministerio de Medio Ambiente.
Esta hermosa área funciona diariamente y consta de centros de protección y vigilancia por parte de guarda parques pertenecientes a Medio Ambiente, lo que asegura una visita agradable y sin sobresaltos.
Después de más de 20 proyectos fracasados para la recuperación del río capitalino, el Parque Humedales del Ozama se convierte en el pretexto ideal para alejarse, sin tener que ir lejos, del mundanal ruido de la ciudad y poder figurar en la mente lo que podría ser nuestro moribundo río si nuestras autoridades, tanto las municipales como el gobierno central, en unión al sector privado, realizaran un verdadero esfuerzo para sanear y recuperar a nuestro río Ozama.
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