GIORGIA- Un exempleador le debía 915 dólares a un hombre de Georgia luego de dejar su trabajo en noviembre pasado.
Pero Andreas Flaten quedó sorprendido cuando recibió su último pago: 90,000 monedas de un centavo cubiertas de grasa, que le fueron entregadas directamente a su casa hace unos días, según reportes de la prensa local. Encima de las monedas había un sobre con su último recibo de pago y un mensaje explícito de despedida.
“Fue algo bastante infantil”, declaró Flaten.
Flaten dijo que dejó su empleo en Peachtree City’s A OK Walker Autoworks en noviembre. La empresa le había quedado a deber su último cheque y había tenido problemas para recibirlo, por lo que incluso tuvo que recurrir a la ayuda del Departamento del Trabajo de Georgia.
A mediados de marzo, Flaten contó que salió de su casa con su novia y vio la pila de monedas en la entrada de su cochera. Aseguró que los centavos estaban cubiertos con una sustancia aceitosa.
Ahora, su rutina nocturna consiste en limpiar los centavos para ir a cambiarlos. Comentó que le toma alrededor de hora y media limpiar algunos cientos de monedas.
“Creo que va a ser mucho trabajo por el dinero que ya me había ganado”, declaró. “Definitivamente no es justo”.
El dueño de la tienda, Miles Walker, habló con la cadena WGCL-TV y afirmó que no sabía si había o no dejado los centavos frente a la casa de Flaten.
“Realmente no lo recuerdo”, dijo. “No importa; se le pagó. Eso es lo importante”.
Walker describió a Flaten un “blandengue”.
La novia de Flaten, Olivia Oxley, dijo que espera que la historia de su novio atraiga la atención a la manera en que algunas personas “son maltratadas por sus empleadores”.
Oxley señaló que a la pareja ya no le molesta la situación y que ahora la ven desde una perspectiva más positiva.
“Con todos esos centavos, seguramente encontraremos algunos tesoros. Ya encontré uno de 1937”, comentó Oxley. “Después del primer puñado, lo único que nos quedó fue reírnos, porque este pobre hombre miserable se tomó todo este tiempo para ser cruel y vengativo. Nos negamos rotundamente a permitir que nos arruine un solo momento”.
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