domingo, 13 de agosto de 2017

San Gabriel, la catedral de las cavernas en Los Haitises

MANUEL ANTONIO VEGA
SABANA DE LA MAR. De las incontables cavernas que se han localizados en los 1,600 kilómetros cuadrados de Los Haitises, la de San Gabriel se puede considerar como la “catedral”, entre las que existen en los innumerables mogotes o colinas con altura que oscilan entre 40 y 350 metros de altura.
Con su rostro frente al mar, a orillas de la bahía de San Lorenzo, esta gruta se ha convertido en temática, por la diversidad de arte rupestre, estalactitas y estalagmitas en su formación geológica en el área protegida.
El conjunto de artes rupestres y lo espacioso de sus galerías la convierten además en una universidad, donde los guías turísticos van dando cátedras de cada cosa encontrada en su interior.
Sus galerías o salones, como el propio mogote que la soporta es cárstico, de origen marino coralino, formada en el periodo terciario, hace alrededor de 50 millones de años.
Desde las dos puertas de acceso se aprecian los extravagantes montículos o eminencias en la su bahía de San Lorenzo.
Es una caverna, que al igual que la mayoría que se encuentran en el parque, fue utilizada por los aborígenes como viviendas o como centros ceremoniales.
Así lo legitiman los vestigios incrustados en pinturas y tallados de las paredes, que no dejan mirar a otro lado, que no sea a las imágenes que muestran que allí vivían seres humanos con cierto conocimiento cultural.
Desde el interior se puede apreciar como el astro sol piropea la vegetación del entorno, compuesta por árboles como guayacán, palo seco, anon y otros.
Su piso es húmedo por el estiércol de murciélagos, lo que motiva a tener precaución en su interior para no resbalar y caer de bruce al piso alfombrado.
Es la consecuencia de un mogote hueco por dentro, cubierta por una espesa y exuberante vegetación, que desde que te asoma te dice que es una gruta de importancia.
El desgaste del relieve en la roca caliza que se combina con diversos factores físico-químicos y que conlleva a que se vayan creando fisuras que se agrandan con el tiempo.
Para llegar
Su recorrido ecoturístico se inicia llegando al embarcadero del río Caño Hondo, a 8 kilómetros al norte de Sabana de la Mar, de donde se parte por la carretera acuática-ecológica hasta precipitarse a la bahía San Lorenzo.
Al tomar la embarcación te verás hechizado por los mangles rojos y blancos, que van formando espectaculares formaciones con sus raíces y follajes, así como la gran cantidad de aves exóticas, nativas, migratorias y marinas que pernoctan su entorno.
Al entrar a la bahía de San Lorenzo, el visitante tendrá las oportunidades de conocer los mogotes y cayos de los pájaros, dispersos como azucenas sobre las aguas marinas.
Cruzado este escenario descripto, entonces la embarcación te lleva hasta un pequeño embarcadero, construido en el ala Este de la caverna, para luego de conocer “la catedral”, termina saliendo por otro embarcadero construido ala norte de la gruta.
Es realmente impresionante la excursión, y quien lleve cámara de fotografías y videos, podrás guardar recuerdos y momentos nunca antes vividos.
Se localiza en su interior restos arqueológicos, fundamentalmente de crustáceos y moluscos marinos.
Luis Carlos López Calcaño, encargado del parque nacional Los Haitises en la zona de Sabana de la Mar y quien nos sirvió de guía para esta historia, explica que en los estratos superiores de la caverna han aparecido también restos adscritos al periodo cerámico.
“Los tipos de cerámica son tanto ostionoides como chicoides, lo que confirma que las cavernas de la zona han sido lugar de habitación desde al menos tres mil años y se han visitado y utilizado con diferentes fines desde esta fecha hasta el presente”, explica López Calcaño.
Las pinturas y petroglifos aparecidos en la caverna San Gabriel, en la zona protegida, son acentuados y llamativos. El arte rupestre
Es un abrigo cálcico con arte rupestre, a la cual llegan diariamente cientos de turistas y excursionistas de universidades, escuelas y liceos de todo el país.
Las pinturas rupestres en su interior son uniforme, calificables por los estudiosos y guías turísticos como faraónicas, por la precisión en los trazos, que van definiendo los animales, insectos, roedores, que aparecen incrustados en sus paredes internas.
La pujanza telúrica de las paredes sostienen las pinturas dando la impresión de que son parte indisoluble de su misma faceta.
Diversas variedades de aves y peces, figuras humanas o deidades estilizadas, constituyen la médula central del conjunto pictórico de la caverna San Gabriel.
Petroglifos
Los diseños grabados son acentuados en tamaño y menos frecuentes, pero que atraen a la observación a turistas.
Esta caverna es una de las más visitadas por turistas y excursionistas, por su importancia histórica y cultural.
Historia
Los primeros estudios y reportes sobre el arte rupestre en el Parque Nacional Los Haitises fueron realizados por William Gab en 1869 en las cavernas de la zona de la bahía de San Lorenzo. Narciso Alberti Bosch, investigador hispano-dominicano, trabajó en las cavernas de Caño Hondo en la zona del actual parque nacional.

Más tarde Theodoor de Booy, en 1915 realiza estudios arqueológicos en el área. Entre 1918 y 1955 Emile Boirie Moya trabaja la zona de la bahía de San Gabriel, publicando sus investigaciones en la Revista de la Universidad de Santo Domingo.

Los trabajos arqueológicos más completos realizados en la bahía de San Lorenzo y la actual zona de Los Haitises fueron publicados en 1931 por Herbert Krieger en el boletín de la Smithsonian Institution.

Los investigadores que trabajaron la zona lo reportan, pero siempre en el contexto de prospecciones de corto alcance o excavaciones en las cavernas y su entorno.

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