Por
Wanchy Medina
WANCHY MEDINA |
La semana pasada, el ex
alcalde de la cuidad de Patterson, Estado de New Jersey, fue condenado a cinco
años de prisión, por corrupción.
Joey Torres, un boricua quien
logró presidir la Alcaldía de la cuidad en el 2014 con la esperanza de renovar
la dirección.
Estuve, como invitado
especial en la toma de posesión del hoy convicto, y recuerdo su discurso al
asumir el poder, convocaba a la unidad de la cuidad; el ex gobernador Chris Christie, al juramentarlo,
le recordaba, la oportunidad que le había dado la cuidad de encaminarla por
mejores senderos.
Lamentablemente, este noviembre del año 2017 va a concluir
con el segundo Alcalde de New Jersey sentenciado por corrupción, ya el pasado
mes de abril (2017) fue hallado culpable el Alcalde dominicano de la cuidad de
Passaic, Alex Blanco.
Estos casos muestran que la justicia de los Estados Unidos no
es un relajo, y que cualquier peccata minuta, que se vea como insignificante tiene
trasfondo hacia la corrupción.
Al examinar los cargos, la tipificación y la relación de los
hechos por la cual fue configurada la conducta de corrupción que concluyó con
la sentencia, nos damos cuenta que cualquier acción ínfima inapropiada, no pasa
por inadvertida para ser sancionada.
La acusación se sustentó sobre la
base de que Torres y tres funcionarios de obras públicas de la ciudad fueron
acusados de ordenar a unos empleados de la
ciudad, trabajar horas extras en un depósito alquilado por la familia del Alcalde.
Los trabajos fueron sobre pintura,
carpintería y electricidad entre julio de 2014, y abril de 2015, según consta
en el expediente.
En el relato factico, el fiscal
Christopher Porrino, argumentó que “Joey
Torres usó su gran poder como alcalde de la tercera ciudad más grande de Nueva
Jersey para servir sus propios fines de benéficos personales, en vez de estar
sirviendo a los residentes de Paterson”.
Ante las evidencias y comprobaciones
del uso de la autoridad para fines personales, los abogados de Torres
accedieron a un acuerdo de culpabilidad, con lo cual se le permitió aceptar los
cargos y así evitar un tiempo mayor en la cárcel.
Si analizamos minuciosamente los
cargos que hoy tienen en prisión al ex Alcalde de Patterson, es muy fácil
deducir que el 95 % de los funcionarios de la República Dominicana comenten ese
tipo de acto, sin consecuencias.
El autor es abogado y Licenciado en
Relaciones Internacionales.-
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