martes, 22 de julio de 2014

EL ORNITURISMO ALCANZA NOTORIEDAD EN EL ESTE DOMINICANO


Manuel Antonio Vega
Hato Mayor.- República Dominicana tiene mucho que ofrecer al visitante. Hato Mayor, declarada la primera provincia ecoturística del país, mediante la Ley 77-02, ha avanzando en términos turísticos. Las demandas de los turistas para explorar los distintos tipos de aventuras que ofrece el destino han hecho que este pueblo ponga a su alcance diversas opciones con las que busca atraer, deleitar y dar a conocer los patrimonios de la naturaleza con que cuenta.
La más reciente propuesta es el orniturismo o turismo ornitológico, que consiste en la observación de aves. Por supuesto, hace siglos que dispone de esta oferta de aventura, pero es en los últimos años cuando esta toma fuerza en Hato Mayor.
Esta actividad comenzó a practicarse en la zona costera y los bosques de Los Haitises del municipio Sabana de la Mar.
Demanda
El turismo ornitológico ha encontrado muchos adeptos. El aviturismo, como también lo denominan los tratadistas y conocedores del ecoturismo, ya es una realidad, pero hace falta una mayor promoción para motivar a turistas y excursionistas a conocer sobre la fauna nativa de los bosques, costas y montañas de Hato Mayor.  Un recorrido e investigación sobre este tipo de actividad nos permitió saber que entre las aves más observadas hasta el momento está el gavilán de la Hispaniola. De este existen alrededor de 200 sobrevivientes, explica Tony Demorizi, empresario ecoturístico y guía de la Ruta del Gavilán, que se hace partiendo desde el hotel Paraíso Caño Hondo, a unos 7 kilómetros al oeste del municipio costero de Sabana de la Mar.
Con frecuencia decenas de turistas aventureros se desplazan desde Punta Cana, Juan Dolio y otros puntos del país hasta Hato Mayor y Sabana de la Mar con el interés de observar la avifauna local en su entorno natural.
A Tony Demorizi se le puede considerar el iniciador del orniturismo en la zona. Es una de las personas que se desplaza por la bahía San Lorenzo y la de Samaná a deleitar a los turistas y vacacionistas que procuran ver a la aves alzar el vuelo, y conocer sus nidos en Los Haitises. Una de las características del aviturismo es que los pájaros deben estar libres y ser nativos de la zona a observar. Este tipo de turismo tiene cada vez más demanda entre vacacionistas, turistas y estudiosos de la naturaleza.  
Las que abundan
Entre las aves observadas están el cernícalo o cuyaya, el gavilán de la Hispaniola, aura tiñosa, barrancolí, paloma turquesa, pájaro bobo, carpintero, ruiseñor, cigua palmera, petigre, chinchilín, judío, lechuza o búho, y en las costas el alcatraz, la gaviota y el pelícano.
Caminatas para hacer orniturismo
El aventurero Tony Demorizi inició hace alrededor de dos años caminatas diurnas y nocturnas para conocer al gavilán de la Hispaniola y la lechuza ceniza. El recorrido ha despertado un interés fuera de serie entre turistas y excursionistas que se desplazan por hoteles de diversas regiones del país para saber más sobre estas aves y sus encantos en el bosque.
Demorizi explica que el Gavilán de la Hispaniola, cuyo nombre científico es Buteo Ridgwayi, es una especie críticamente amenazada, “pero que en la zona la estamos protegiendo al incentivar el orniturismo”.

En la caminata se explica que el gavilán o “guaraguaito”, como también le llaman en Sabana de la Mar, es una especie que se encuentra amenazada por la extensiva destrucción de su hábitat y de la que se estima sólo hay unos 200 ejemplares en Los Haitises y zonas aledañas.
La caminata al Gavilán se hace en un tiempo aproximado de cuatro horas, saliendo del hotel Caño Hondo, ubicado en la falda de la montaña de Los Haitises, a unos 9 kilómetros al oeste de Sabana de la Mar.
Recomendaciones

Los organizadores de la caminata al gavilán de la Hispaniola recomiendan llevar zapatos cómodos, guía o cartilla de observación, binoculares, cámara fotográfica, repelente contra insectos y bloqueador.
Lechuza ceniza
La lechuza cara ceniza (Tyto Glaucops) o la lechuza de campanario cenicienta es una especie endémica de ave de rapiña nocturna de la isla Española, que también es observada por los turistas y estudiosos de la biología, que se desplazan a la zona de Sabana de la Mar a conocer sobre esta nueva aventura turística, que está alcanzando récord en visitas.
Se parte en busca de la lechuza cara ceniza a las 8:30 de la noche. La caminata tiene una duración de dos horas en la zona, en medio de las tinieblas de la noche, que sólo dejan escuchar los cuchicheos de las aves y el canto de ratas y gatos barcinos que abundan en el bosque, pero que no atacan a los humanos.

La lechuza cara ceniza tiene como hábitat natural los matorrales secos y praderas con árboles, pero también son comunes en áreas urbanas y rurales. En la oscuridad se divisan por la luz de sus ojos, que parecen linternas. Por eso los excursionistas, con linterna en mano, realizan sus caminatas por el bosque en horas de la noche para poder apreciar las aves nocturnas. De esta manera, los aventureros aprecian de cerca y evitan que alce el vuelo. 
TURISMO ORNITOLÓGICO AUMENTA EN EL PAÍS
El turismo ornitológico se está practicando con pasión y mucho interés en el país. Esta aventura ha dado buenos resultados al turismo dominicano. Permite conocer la vida diurna y nocturna de aves endémicas en extrema amenaza de extinción. Para esta época viajan ornitólogos alemanes y holandeses, quienes duran horas sin moverse en la oscuridad para ver los ‘faroles’ o brillantes ojos de la lechuza y contemplar un gran número de aves nocturnas. 

Cautiva al visitante conocer sobre los Cayos de los Pájaros que se levantan sobre las aguas de las bahías San Lorenzo, Samaná y Las Cañitas. Son verdaderos bancos donde se asientan aves migratorias y nativas y donde los turistas para llegar tienen que cruzar por la carretera acuáticaecológica del río Jibales que abre al mar en un espectáculo excepcional que sólo se puede ver en esta zona del país. 
Es un estrecho de agua dulce combinada con salada, rodeado de manglares, de donde los turistas y excursionistas pueden apreciar garzas blancas, pelícanos, alcatraces, gaviotas y otras que anidan y se alimentan de peces en la zona. El ruido de la embarcación conmina a las aves a volar y realizar una verdadera acrobacia natural, al dejarse llevar por los vientos alisios, que las “jamaquean” de un extremo a otro. 
Esto hace que los turistas y excursionistas tomen cámara y archiven fotos que sólo se pueden realizar en este escenario natural. Durante las caminatas no se permite fumar ni usar perfumes.

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